Realizar actividades fuera de nuestra rutina diaria, como deportes de alta intensidad, planes improvisados o viajes de larga estancia, puede ser un recordatorio de nuestra enfermedad. En el caso de los pacientes que padecen la enfermedad de Crohn, este tipo de situaciones requieren de cierta planificación previa, algo que les puede hacerse sentir una carga para el resto del grupo e incluso mal consigo mismos por no poder “escapar” de su condición.
Así, reconciliarnos con la enfermedad que padecemos, aprender a vivir con ella y adaptar nuestra vida a las necesidades médicas es un proceso que lleva tiempo, pero bajo ningún concepto debemos creer que tener o no una enfermedad crónica nos hace menos capaces para disfrutar de nuestra vida.
Todo el mundo necesita unas vacaciones, y si nuestra pasión es viajar, te explicamos a continuación algunos consejos prácticos que puedes llevar a cabo a la hora de adaptar tu viaje a la enfermedad y no al revés. Viajar con la enfermedad de Crohn en la mochila es posible, y padecerla no tiene por qué ser sinónimo de menos diversión. Es decir, preparar nuestro viaje, nos ayudará a disminuir los supuestos y el estrés, a ir seguros y saber cómo sobrellevar un brote de nuestra enfermedad de la mejor manera posible.
Kit de viaje con enfermedad de Crohn
En primer lugar, debemos saber a qué están expuestas las personas con enfermedad de Crohn durante un viaje. Esto incluye sufrir recaídas, infecciones gastrointestinales debido al cambio en los alimentos del país que pueden afectarnos de forma más severa, alteraciones de nuestra dieta o necesidad de medicamentos especializados allá donde vayamos. Por ello, un kit básico para viajar con la enfermedad de Crohn no puede olvidar:
- Medicamentos: Antes de viajar, para cubrirnos totalmente ante imprevistos médicos, es recomendable conocer los hospitales y farmacias cercanos a nuestro destino de viaje. También, contar siempre con una fotocopia de nuestro historial clínico, así como nuestras recetas habituales. Por supuesto, debemos de llevar nuestros medicamentos y recordar tomarlos a las horas indicadas, así como conocer la denominación genérica de estos en caso de que los perdamos o los acabemos. Ante esto, también es importante que todos ellos viajen en nuestro equipaje de mano, en el lugar más seguro posible, para evitar posibles robos o extravíos.
- Saber cuándo viajar: Debemos de elegir el momento para emprender un viaje para así disfrutarlo al máximo. En este sentido, será mejor viajar cuando nuestra enfermedad inflamatoria intestinal se encuentra estable, de manera que reduzcamos el riesgo de sufrir crisis.
- Considerar los mejores destinos para el mejor momento: Si estás planeando un viaje de relax, para desconectar del trabajo y la rutina, será mejor que elijas un país cuyas condiciones de vida sean más seguras para ti y la enfermedad. De esta forma, evitarás imprevistos y la excesiva planificación que requieren algunos viajes. Así, si quieres descansar, un destino cercano, que hablen tu idioma, será un lugar más apropiado que otro donde sea necesario un excesivo cuidado con la alimentación o ponerse vacunas.
- Buscar las mejores condiciones: Ir de viaje con nuestra mochila y recorrer mundo con nuestra enfermedad es posible, no obstante, también te sentirás más cómodo si tienes en cuenta tu salud a la hora de elegir las instalaciones. Por tanto, escoge un alojamiento a tu medida: baño privado, en buenas condiciones, evitar servicios compartidos… etcétera.
- ¿Improvisación o planificación?: Si el estrés empeora tus síntomas, es mejor diseñar un viaje lo más libre de preocupaciones posibles. Es decir, delega la organización de visitas a agencias de viajes o contra tours guiados. De la misma forma, si tener una agenda completa de actividades nos sentirnos agotados, será mejor que seamos nosotros quienes marquemos el ritmo de la aventura, eligiendo lo que nos apetece en ese momento sin presión de tener que estar en un lugar a una hora concreta.
- Conozca experiencias: Internet está repleto de blogs y crónicas de viajes de personas que han elegido destinos muy lejanos para emprender sus viajes. Si bien comparar tu enfermedad de Crohn o tus síntomas con los de otro paciente no es recomendable, escuchar otras vivencias te servirá de inspiración e incluso puedes aprender consejos útiles para aplicarlos en tu planificación.
Ante todo, debes saber que una enfermedad inflamatoria intestinal no tiene por qué ser un obstáculo para viajar. Es normal que te sientas preocupado o con miedo, pero con una buena planificación, así como comunicación con tus posibles compañeros de viaje, puedes estar más que listo para disfrutar de tu aventura.