Trastornos de Conducta Alimentaria: Señales que pueden alertarnos

Los trastornos de la conducta alimentaria son un conjunto de enfermedades graves relacionadas con la ingesta alimentaria, cuyo origen viene dado por muchos factores. Como comentamos, son trastornos graves de salud mental que suponen un riesgo importante para la vida de la persona que lo sufre. Además, afectan en muchos casos al ambiente que rodea a esta persona, y es muy necesario realizar una buena prevención en la población joven y diagnosticar los casos incipientes a la mayor brevedad posible.

Hay algunas señales de alerta o alarma que nos pueden indicar que estamos ante un trastorno de la conducta alimentaria. Estas señales son comportamientos habituales en estas enfermedades, pero no son criterios diagnósticos por sí mismos y, por tanto, no podemos utilizarnos para confirmar la presencia de la enfermedad. A pesar de esto, es recomendable que ante estas señales se consulte con un profesional para poder valorar el alcance y que realice el diagnóstico oportuno.

Algunos de estos signos de alerta relacionados con la parte alimentaria que podemos observar desde casa son:

• Comenzar una dieta de adelgazamiento sin justificación y sin supervisión por parte de un especialista.
• Mostrar una preocupación constante por la comida y necesidad de saber qué se va a comer y cenar durante el día.
• Empezar a querer cocinar toda la comida familiar o su comida propia, negándose a comer alimentos que no ha preparado.
• Beber mucha cantidad de agua antes de las comidas con el fin de sentir saciedad.
• Cortar los alimentos en trocitos muy pequeños y marear mucho la comida por el plato.
• Encontrar restos de comida o envoltorios escondidos en lugares inusuales (armarios, cajones, mochila…). También se puede observar que empieza a faltar comida en casa frecuentemente.
• Observar que lee las etiquetas al detalle para poder contar las calorías de todo lo que se ingiere.
• Poner mucha resistencia e incluso negarse a comer las cantidades habituales, las cuales van disminuyendo progresivamente.
• Intentar no coincidir con la familia o con amigos en las ingestas.
• Acudir al baño inmediatamente después de las comidas y pasar mucho tiempo allí con la puerta cerrada y algo de ruido (música, grifo abierto…).

Si observamos alguna de estas señales de alerta, sobre todo en los adolescentes que se encuentran inmersos en una etapa de muchos cambios y formando su propia personalidad, el objetivo primordial debe ser que esa persona reciba ayuda profesional. Esto no siempre será posible puesto que es un paso complicado de dar, y entonces es muy importante que la persona sea plenamente consciente de que estamos a su disposición para ayudarle cuando esté preparado, mostrándole nuestra preocupación ante los cambios que están ocurriendo.

Más información en Alimentación 3S.