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¿Qué le ocurre exactamente a tu cuerpo con la comida rápida?

VIDA SALUDABLE - 27 de enero de 2023

El consumo de comida rápida es cada vez más frecuente, posiblemente relacionado en parte al ritmo frenético de vida que llevamos y a su tremendo atractivo. Este tipo de comida, caracterizada por no ser especialmente nutritiva, no supone un peligro para la salud si se consume de forma ocasional, pero puede resultar nociva para el organismo cuando entra con regularidad en la estructura alimentaria.

Es comúnmente conocido que estos alimentos no aportan gran valor nutricional, pero sí aportan azúcares, grasas no saludables, muchas calorías no nutritivas… Por esto, si se quiere mantener una alimentación saludable este tipo de comida se debe consumir con cierta precaución. De no ser así, algunas consecuencias que pueden aparecer son:

  1. Aumento de peso notable: una ingesta basada en comida rápida puede contener el total de las calorías que el cuerpo necesita en un día. Y, por supuesto, el problema no solo está en la cantidad excesiva de calorías, sino en el origen y la calidad de ellas.
     
  2. Trastornos digestivos: como pueden ser el reflujo gastroesofágico o el síndrome de intestino irritable. Esto es porque la comida rápida tiene un alto contenido en grasas y azúcares y un bajo (o nulo) contenido en fibra, lo que dificulta la digestión y el tránsito intestinal.
     
  3. Mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares: el gran contenido de grasas saturades y trans de la comida rápida hace que aumenten los niveles de triglicéridos y colesterol LDL en la sangre. Como consecuencia se pueden formar placas de ateroma en las arterias que bloquean el flujo sanguíneo al corazón.
     
  4. Mayor riesgo de diabetes tipo 2: la comida basura lleva implícito un aumento de los niveles de azúcar en sangre posterior. Si basamos la dieta en este tipo de comida, el cuerpo está en un flujo constante de glucosa, aumentando los niveles de insulina. Por esto se afecta la capacidad del cuerpo de utilizar la insulina correctamente.
     
  5. Enfermedades respiratorias: se pueden producir problemas como asma o falta de aliento a causa del aumento de peso que puede derivarse de una dieta basada en comida rápida.
     
  6. Trastornos renales: la comida rápida tiene un alto contenido en sal. El sodio de la sal afecta al equilibrio sodio-potasio del organismo y puede dar lugar a hipertensión arterial. Además, la ingesta de comida rápida genera muchas toxinas que deben filtrar los riñones, pudiendo afectar a su funcionamiento correcto.
     
  7. Provoca fatiga: a pesar de que la comida rápida provoque “saciedad”, realmente no aporta energía ni nutrientes esenciales. Aporta pesadez, cansancio, sensación de fatiga…
     
  8. Mayor riesgo de depresión en jóvenes: en la adolescencia se producen muchos cambios hormonales y una buena alimentación mantiene las hormonas más estables. La comida rápida carece de nutrientes esenciales y aumenta el riesgo de padecer depresión si se consume de forma continua.

Es importante recordar que se puede consumir comida rápida de forma puntual sin ningún problema, siempre y cuando el groso de nuestra alimentación sea saludable. Realizar actividad física diaria y mantener una alimentación variada y sana harán que os efectos negativos de la comida basura sean despreciables para el organismo. La salud está en el equilibrio.

 

Más información en Alimentación 3S.

Redactado por:

Cristina Navales

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