Los ritmos ajetreados de nuestra vida hacen que cada vez más recurramos a los alimentos precocinados para salvar nuestra comida diaria. Seguro que sabes que esta no es precisamente la opción más saludable. Desde Conectando Pacientes queremos proponerte que comiences a practicar el batch cooking. ¿En qué consiste? El batch cooking consiste en destinar una tarde, un día o una mañana a preparar el menú de toda la semana. Lo ideal es planificarse con tiempo para elaborar un menú semanal, a partir de éste hacer la lista de la compra y hacerse con todos los ingredientes para dedicar el tiempo necesario a elaborar todos los platos semanales, o al menos dejar ya preparada la base de estas propuestas, de manera que cocinar comidas o cenas entre diario tan solo nos lleve unos pocos minutos.
A continuación te proponemos algunas ideas para que comiences con tu día de batch cooking:
- Cuece legumbres, por ejemplo, lentejas o garbanzos. Te servirán como base para una ensalada o para hacer un guiso, con la diferencia de que ya tendrás la mitad del plato preparado.
- Mientras cocinas otro plato, puedes poner a cocer arroz o quinoa que, guardándolos en un recipiente hermético en la nevera, te servirán como guarnición para cualquier plato de carne o pescado.
- Además, no olvides poner en marcha el horno con unas verduras de temporada que, con tan solo añadir un chorrito de aceite y sal, harás que sean el complemento de cualquier plato para el resto de la semana.
- El batch cooking no consiste solo en cocinar, sino también en dejar alimentos listos para preparar la comida. Es muy cómodo tener preparado en la nevera ajo, perejil u otras hierbas aromáticas ya cortadas y congeladas que podrás usar para elaborar ensaladas, sofritos, purés de verduras o salsas, y que te permitirán ahorrar tiempo a la hora de preparar esos platos. También es muy útil congelar fruta troceada que te servirá para hacer batidos y postres.
- Ten siempre congelado algún caldo de verduras o de ave. Te servirán para elaborar una sopa rápida añadiendo fideos o como caldo base para algún arroz.
- La lasaña, los canelones, las berenjenas rellenas y otros platos gratinados se pueden hacer con antelación y consumirlos en 2/3 días. Basta con dejarlos enfriar y refrigerarlos o congelarlos en raciones. Solo tendremos que calentarlos a la hora de comer. Además, siempre existe la posibilidad de volverlos a gratinar si añadimos un poquito más de queso rallado para que se funda.
- Otra idea es elaborar una gran cantidad de comida (por ejemplo, de lentejas guisadas o de carne en salsa) y congelarla en recipientes individuales. Así sólo tendrás que descongelarlos y tendrás el plato ya listo para comer.
- También puedes dejar ya preparada una salsa de tomate o una salsa verde de ajo y perejil, por ejemplo. Son opciones muy versátiles para condimentar pastas o pescados al vapor.
Si tienes cualquiera de estos condimentos ya preparados, en la semana sólo tendrás que añadir algo de proteína como huevo, carne o pescado. ¡Ánimo y practica el batch cooking!