¿Cómo podemos manejar la incertidumbre del 2021?

Desde el comienzo de la crisis del COVID-19, hemos aprendido a adaptarnos a los diferentes retos que hemos ido viviendo, tanto como sociedad como a nivel individual.

En el momento actual, nos encontramos ante un escenario en el que convergen varios elementos: una complicada situación de tensión social y económica, la disminución del contacto social, dificultades para conciliar el teletrabajo y la vida familiar y nuevas restricciones del ocio y la vida social.

Como principal dificultad, se añade lo que podría ser la máxima expresión de la incertidumbre ya que, pese a ver luz con el desarrollo de la vacuna, aun no podemos saber hasta cuándo durará esta situación ni cómo haremos frente a este año.

Ante todo, resaltar que sentir ansiedad en respuesta a esta situación es una reacción completamente normal y adaptativa. Sin embargo, dado que estamos conviviendo con esta emoción de forma continuada es primordial buscar herramientas para una correcta gestión emocional.

A continuación, hemos recopilado algunas sugerencias para hacer frente a esta sensación de incertidumbre que nos acompaña desde hace un tiempo:

 

Hacernos amigos/as de la incertidumbre.

Esta situación puede resultar especialmente complicada para aquellos/as a los que ya les era difícil lidiar con la incertidumbre cotidiana. Si eres de los que se organiza siempre con antelación, necesita respuestas rápidas y no soporta la improvisación, probablemente estés viviendo esta situación con una ansiedad muy elevada.

Aunque busquemos maneras de sobrellevarla, también es importante aprender a tolerar la incertidumbre, a convivir con la ausencia de respuestas y dejar atrás la necesidad de control constante.

Se trata de una habilidad que se puede entrenar con actos muy pequeños como: no tener todo planificado, probar cosas que nunca hayamos hecho, tener tiempo libre para decidir en el momento, etc. Con práctica y paciencia es posible mejorar la tolerancia a esta desagradable sensación.

 

No huir de los “¿y si…?”, resolverlos.

“¿Y si nos vuelven a confinar?”, “¿Y si reducen la plantilla de mi trabajo?” “¿Y si se contagia alguien de mi familia?”

Estos días estamos conviviendo con un sinfín de preocupaciones en mente. La tendencia general es anticipar un panorama negativo, intentar no pensarlo y evitar el tema. Sin embargo, como habremos comprobado alguna vez, cuando algo nos preocupa en exceso no es tan sencillo dejar de darle vueltas.

Ante esto, no temas y busca respuestas. “¿Y si nos vuelven a confinar?” Piensa exactamente cómo te organizarías y solucionarías cada uno de los obstáculos: dónde trabajarías, cómo os organizaríais en casa, etc. Rellenar esa ausencia de respuestas con posibles soluciones reduce el vértigo de la incertidumbre y nos aporta mayor seguridad y sensación de control.

 

Focaliza tu atención en la situación presente.

Es un buen momento para poner en marcha las habilidades de atención plena en el momento presente, en centrarnos en lo que sí sabemos y generar una rutina que nos aporte tranquilidad y seguridad.

 

Protegernos de la sobreinformación.

El bombardeo de información a veces se convierte en desinformación. Reserva momentos concretos del día para informarte y dosifica su búsqueda.

 

Centrarnos en aquellos que sí que podemos controlar.

Para contrarrestar la incertidumbre exterior, busquemos certidumbre en lo que sí que podemos controlar de forma individual como mantener las medidas de protección.

 

Buscar ayuda profesional si fuese necesario.