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¿Cómo leer etiquetas en el supermercado sin volvernos locos?

VIDA SALUDABLE - 10 de marzo de 2023

La lista de productos a nuestro alcance no deja de crecer y es habitual que cada vez más nos interesemos por conocer su calidad mediante la lectura del etiquetado nutricional. La gran cantidad de información y reclamos que hay nos hacen perder mucho tiempo en el supermercado y al final compramos alimentos sin llegar a entender qué estamos comprando. Para llevar a cabo una alimentación saludable es necesario aprender a evaluar qué alimentos o productos compramos. Y, para esto, las etiquetas nos permiten conocer el alimento o producto que compramos: su modo de conservación, su origen, los ingredientes que contienen y los nutrientes que aportan a nuestra dieta.

A la hora de leer una etiqueta nutricional tenemos que tener varias cosas en cuenta:

  1. En cuanto a los ingredientes, siempre aparecerán en orden según la cantidad que contenga el producto de cada uno de ellos, de mayor a menor presencia. Esto nos proporciona mucha información útil y debemos priorizar los productos que no tengan más de 5 o 6 ingredientes.
     
  2. Los alérgenos se mostrarán con una tipografía diferente, generalmente en negrita, para que se puedan ver de forma rápida y sencilla. Existen 14 alérgenos o sustancias susceptibles de crear intolerancias o alergias que se deben declarar obligatoriamente: crustáceos, cereales con gluten soja, huevos, moluscos, pescado, leche y derivados, sésamo, cacahuete, frutos de cáscara, altramuz, mostaza, apio, dióxido de azufre y sulfitos.
     
  3. La fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente son dos términos que no indican lo mismo. La fecha de caducidad indica la fecha hasta la que se puede consumir el alimento y tras la cual puede ser nocivo para la salud. En cambio, la fecha de consumo preferente marca el momento a partir del cual el alimento puede sufrir modificaciones organolépticas (color, sabor, textura…), pero sigue siendo inocuo para la salud.
     
  4. En cuanto a la información nutricional, encontraremos distintas cosas: el valor energético y la cantidad de grasa total, grasa saturada, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal. Nos informa de estos nutrientes por cada 100g de producto y por ración que se estima adecuada para el consumo.
     
  5. También es importante que nos fijemos en el origen. Comprar productos de la zona y de temporada ayuda a la sostenibilidad y a cuidar el medio ambiente.
     
  6. Y, por último, debemos conocer qué son las alegaciones nutricionales. Son reclamos o valores que les dan a los alimentos por tener una cantidad determinada de un nutriente: “light”, “fuente de calcio”, “rico en proteínas” … Es importante saber que un producto light no quiere decir que sea mejor. Light quiere decir que tiene al menos un 30% menos de kcal que el producto original. A veces estos reclamos pueden hacernos pensar que es más saludable y que comamos más cantidad, lo cual no es beneficioso en el cómputo total de la alimentación.

Te animamos a que empieces a leer etiquetas poco a poco cada vez que vayas a la compra para así ir aprendiendo. Con esto lo que queremos transmitirte es que no se trata de dejar de comprar alimentos ultraprocesados, sino aprender a identificarlos para elegir con conocimiento y libertad.

Más información en Alimentación 3S.

Redactado por:

Cristina Navales

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