VIDA SALUDABLE - 11 de marzo de 2022
Parece obvio pensar que es obligatorio lavar frutas y verduras antes de consumirlas, pero en el caso de otros alimentos como los huevos, el pescado o la carne, nos surgen ciertas dudas sobre si hay que lavarlos, o no.
Lo primero que debemos hacer es mantener siempre una buena higiene en la cocina. Las superficies donde vayamos a manipular alimentos deben estar correctamente desinfectadas y por supuesto, debemos lavar nuestras manos, con agua y jabón, al menos durante 20 segundos, y secarlas con un trapo limpio o una servilleta de papel, antes de manipular cualquier alimento.
Como decíamos, los expertos recomiendan lavar bien, antes de consumir, las frutas y las verduras. A pesar de ser alimentos saludables procedentes de la tierra, pueden estar contaminadas por microorganismos o bien haberse contaminado en el proceso de manipulación o transporte. Poniéndolas debajo del grifo durante unos segundos, podemos eliminar parte de los pesticidas que puedan quedar sobre la piel. Además, debemos frotarlas, o bien con un cepillo comprado expresamente para este fin, o con nuestras propias manos.
En el caso de lechugas, cogollos, espinacas o coliflor, el agua debe tocar todas las hojas por separado, no solo las de fuera, por lo que es conveniente separar las hojas, ponerlas en un escurridor y a continuación poner este debajo del grifo.
También es muy importante secarlas bien después del lavado, con un trapo de cocina limpio o con una servilleta de papel.
En el caso de las patatas o de los tubérculos en general, deberíamos lavarlos antes de pelarlos, para evitar que el cuchillo se contamine con bacterias de la piel o de la tierra.
Es importante saber que las ensaladas que compramos como “listas para consumir” no es necesario lavarlas.
En el caso de los huevos, siempre surge la duda de si lavarlos o no, antes de consumirlos. Esto suele pasar porque, en ocasiones, este alimento viene con plumas o restos de la recolecta y no sabemos muy bien cómo deshacernos de ellos. Lo ideal sería coger un papel de cocina y quitar estos elementos en seco, siempre y cuando lo vayamos a consumir en ese momento. Bajo ningún concepto, debemos lavar los huevos crudos debajo del grifo, ya que el agua podría penetrar en el huevo y romper su barrera natural protectora, la cutícula proteica. Recordad que es conveniente guardar los huevos dentro del frigorífico y no en la puerta, donde suelen venir las hueveras, ya que esta zona sufre muchas pérdidas y variaciones de temperatura.
En el caso de la carne, la respuesta a si debemos lavarla antes de consumirla es un no rotundo. Siempre que vayamos a consumirla, esta debe ir directamente desde el envase a la sartén, sin pasar por el grifo, ya que de lo contrario estaríamos poniendo en riesgo nuestra salud a través de virus y bacterias, presentes en la carne, que se eliminan con el cocinado. Además, tampoco podemos usar las mismas superficies para poner carne cruda y carne cocinada. Es decir, usar el mismo plato para antes y después del cocinado, representaría un grave riesgo ya que las bacterias del alimento crudo se transfieren a ese plato o a esa tabla y, cuando volvamos a usarlo una vez terminado el cocinado, esas bacterias penetrarían en el alimento de nuevo y de ahí pasarían a nuestro organismo. Así que recordad, no debéis lavar la carne y tenéis que usar diferente menaje para carne cruda y carne cocinada, siempre.
Por último, en cuanto al pescado, lo recomendable sería que nuestro pescadero nos lo entregara limpio y listo para cocinarlo, con el fin de que no tengamos que hacer nada en casa, donde las condiciones no son las más adecuadas. Al igual que con la carne, debemos manipular el pescado justo antes de consumirlo y procurando que vaya del envase al cocinado, tocando el mínimo número de superficies posible.
Comprar alimentos de calidad es muy importante, pero también lo es conservar unas condiciones óptimas de seguridad y salud en nuestra cocina.
Redactado por:
Cristina Lucerón