VIDA SALUDABLE - 13 de septiembre de 2019
Hoy comienza una nueva serie de artículos dentro de Conectando Pacientes, en los que vamos a tratar temas relacionados con quemados desde la óptica de una profesional de la unidad de quemados de uno de los hospitales más prestigiosos de Madrid en esta materia.
Para comenzar esta sección, queremos daros una visión amplia y general de las quemaduras, lo que debemos saber sobre estas lesiones, lo que hay que hacer frente a ellas y lo que no se debe hacer. Tipos y clasificación.
Para ello os hablare de la piel para entender el tipo y la gravedad de las quemaduras y como las clasificamos según su profundidad y extensión.
En primer lugar, la piel es el órgano más grande que tenemos, es vital e indispensable para nuestra vida. Cubre toda la superficie corporal continuando en los orificios naturales con la mucosa. Tiene funciones vitales como la adaptación, información y conexiones con el medio externo y una de sus funciones más importantes es protegernos frente a agresiones externas, ya sean biológicas, físicas o químicas. Por lo tanto, trabaja como barrera de protección frente a numerosas infecciones.
Consta de tres capas:
Una vez que hemos entendido este órgano con pequeñas pinceladas, entenderemos mejor las quemaduras, que son lesiones de los tejidos, produciéndose una desnaturalización de las proteínas de la piel edema y/o pérdida de líquido intravascular. El agente causal puede ser calor intenso, el más común, o por energías destructivas, tales como la electricidad, sustancias químicas, radiación solar, lesiones por fricción, extravasación de sustancias citotóxicas o también por frio intenso. Estas últimas tienen sus particularidades, ya que son quemaduras que pueden ser muy graves, dependiendo también del tiempo de exposición y la forma en la que nos enfrentemos a ellas.
Su clasificación dependerá de la gravedad en extensión y profundidad. En la unidad de quemados se utilizan reglas para calcular su extensión, como la ley 9 Wallace en la que se divide la superficie en áreas anatómicas que equivalen aproximadamente al 9% o múltiplos de 9.
Un gran quemado que entra por urgencias o que es trasladado de otro hospital por no contar con la unidad especializada de quemados, se le considerara grave según su extensión y profundidad, ya que una persona que tiene quemada más del 50% de su cuerpo, puede tener unas consecuencias graves si no es tratado adecuadamente, desde un shock hipovolémico, una de las complicaciones más comunes de los grandes quemados, a síndromes compartiméntales, comprometiendo a extremidades que se pueden necrosar, complicación que ocurre normalmente en quemaduras circulares, que por su forma edematizan la zona hasta tal punto que pierden la integridad de los tejidos provocando una necrosis. Saber cómo actuar es de gran importancia porque se pude llegar incluso a la amputación de algún miembro de nuestro cuerpo.
También se clasifican por grados:
Para terminar, hablaré sobre el manejo de las quemaduras. Según la OMS (organización mundial de la salud), las quemaduras constituyen un problema de salud pública a nivel mundial y provocan alrededor de 180.000 muertes al año, de las cuales, la mayoría se producen en países de ingreso medio-bajo.
Las quemaduras no fatales son una de las principales causas de morbilidad, que incluyen hospitalización prolongada, desfiguración y discapacidad, lo que suele generar estigmatización y rechazo. Todas estas lesiones pueden bajar su índice previniendo accidentes sobre todo domésticos y laborales, que según la OMS son prevenibles.
Su manejo en el primer momento es de suma importancia. Lo primero a tener en cuenta es que antes de socorrer a un quemado debemos garantizar nuestra seguridad. Debemos retirar el agente causal extinguiendo el fuego o haciendo rodar al herido cubriéndolo con una manta. Después, hay que enfriar la quemadura y retirar la ropa quemada en la medida de lo posible o esperar al servicio de emergencias. Para el enfriamiento utilizaremos suero fisiológico o agua corriente, no demasiado fría ya que podría producir hipotermia, irrigando o sumergiendo la zona quemada. En quemaduras extensas no debe ser prolongado, no más de 10 minutos, ya que también puede causar hipotermia. En caso de quemaduras químicas, hay que diluir el químico con abundante agua. Debemos envolver al quemado en una sábana limpia y esperar al servicio de emergencias o en su caso si fuera posible y no corriera peligro la vida del paciente trasladarlo al centro sanitario más cercano para su valoración.
El tratamiento y el manejo de las quemaduras depende también del agente causal, ya que un paciente con quemaduras eléctricas debe ser trasladado con urgencia a un servicio de atención especializada, ya que estas quemaduras pueden ocasionar lesiones internas muy graves.
Redactado por:
Jana Lillo