VIDA SALUDABLE - 14 de junio de 2019
La primavera suele ser una época del año a la que todos esperamos con entusiasmo. Llega el buen tiempo, los planes al aire libre, abren las piscinas y en general tenemos buen humor, estamos más felices.
Sin embargo, los que sufrimos alergia miramos con temor la llegada de esta estación y en algunas ocasiones toda esa alegría puede empañarse por síntomas realmente molestos. De pequeña no tenía alergia, miraba con inquietud a mis amigos, que si la sufrían y no sabía que, años más tarde, la sufriría yo misma.
Las alergias pueden aparecer y desaparecer a lo largo de nuestra vida, la contaminación, el humo de los coches, la falta de lluvias, pueden ser y son un factor fundamental a la hora de desarrollar esta enfermedad. En mi caso los antihistamínicos me dejan KO, creedme he probado muchos, así que evito bastante tomármelos, sobre todo durante la semana, para poder ir al trabajo despierta y con energía.
En el caso de días en los que el índice de polen es muy alto, llegando incluso a costarme conciliar el sueño, intento tomármelos por la noche. Para que hagan su efecto mientras duermo y me despierto mucho mejor, con menos síntomas y sobre todo pudiendo llevar una vida normal.
Desde hace unos años siempre que vuelvo a casa de la calle o, en general, cuando entro a algún sitio después de haber estado en el exterior, rápidamente voy al baño y me lavo las manos y la cara a conciencia. En ocasiones no es fácil, ya que puedo ir maquillada y por lo tanto no puedo lavarme la cara por completo, en ese caso lo que hago es limpiar mi nariz y después me retoco el maquillaje.
Otro consejo que llevo a la práctica en los días en los que los síntomas son agobiantes es lavar mis fosas nasales con suero fisiológico.
Además algo que siempre olvidamos y que suele ser el vehículo que transporta e introduce el polen en casa es nuestro cabello. Caminando por la calle el polen se puede posar en nuestro cabello y nuestra ropa y si cuando llegamos a casa no nos preocupamos de “sacudirnos” el pelo y cepillarlo, por mucho que nos lavemos las manos y la cara, seguiremos encontrándonos fatal.
En definitiva, a los “alérgicos” no nos queda otra que hacer frente a los síntomas e intentar lidiar con una enfermedad que en ocasiones está muy infravalorada. La higiene es muy importante y estoy segura de que si ponéis en práctica mis consejos veréis cómo la primavera, poco a poco, vuelve a ser una estación para disfrutarla.
Redactado por:
Cristina Lucerón