Repetimos tanto los mismos hábitos que a menudo no somos conscientes de la importancia que tienen para nuestra salud. Nos duchamos, nos lavamos la cara y las manos, nos cepillamos los dientes, nos cortamos las uñas… La higiene personal nos ayuda a aumentar nuestra autoestima y seguridad, al mismo tiempo que reduce las posibilidades de padecer diversas patologías. En este artículo te recordamos la importancia de los cinco hábitos de higiene personal más frecuentes.
- Lávate las manos con agua tibia y jabón. A menudo nos olvidamos de la importancia de este sencillo gesto. Lavarse las manos con frecuencia reduce de forma importante la posibilidad de transmitir enfermedades como la gripe o el resfriado común. ¿Cómo y cuándo debo lavarme las manos? Nuestro consejo es que te laves las manos con agua tibia y jabón, si es antibacteriano mejor, antes de cada comida, después de ir al baño, después de sonarte la nariz y después de tocar animales.
- Tu boca es mucho más que tu sonrisa. La salud bucodental no es solo una cuestión estética. Cada vez existe más evidencia científica de la importancia de extremar la salud dental para evitar otras patologías. ¿Cuántas veces debo cepillarme los dientes? Al menos dos veces al día y, a poder ser, después de cada comida. Puedes completar tu salud bucodental con la utilización de hilo dental, cepillos interproximales y colutorios o enjuagues bucales.
- El placer saludable de la ducha. Ducharte no es solo un placer, también es salud. Lavar el cuerpo ayuda a eliminar las células muertas de la piel y, con ellas, la suciedad que se queda impregnada en el cuerpo. Un gel y un champú específicos adaptados a tu tipo de piel y cabello son la mejor opción para sacarle el máximo partido a la ducha. Salvo casos excepcionales, de excesiva sudoración, una ducha diaria es suficiente. De hecho, no es bueno pasarse. Cada vez más expertos subrayan que ducharse con demasiada frecuencia puede contribuir a eliminar las células buenas de nuestro organismo, las que nos protegen frente a diversas enfermedades.
- Córtate las uñas con regularidad. La mayoría de nosotros apenas nos damos cuenta de su importancia. Las uñas dicen mucho de nosotros. Unas uñas sucias o mal cuidadas son un foco de gérmenes. Córtalas de forma regular y no las lleves ni muy cortas ni muy largas. Para un acabado perfecto, puedes recurrir a una lima. Redondearás sus bordes y evitarás que se enganchen en la ropa.
- La ducha solo no basta, hidrata tu cara. A veces pensamos que con la ducha basta, sin embargo, es necesario reforzar la higiene corporal con un lavado diario de nuestra cara. Lavarse la cara diariamente elimina bacterias, toxinas, virus y células muertas de la piel. También ayuda a que se mantenga hidratada. Puedes reforzar la acción con la utilización de una buena crema hidratante.
Son cinco hábitos que hemos incorporado casi sin darnos cuenta a nuestra rutina diaria. La próxima vez que los pongas en práctica recuerda que, además, te aportan salud.