El sistema inmunitario es el mecanismo de defensa del cuerpo humano formado por células, órganos y tejidos intercomunicados que ayudan al cuerpo a luchar contra agresiones externas como virus, bacterias o patógenos, e internas, como células del propio cuerpo que hayan sufrido “modificaciones”, por ejemplo, células tumorales. Todas las células inmunes colaboran entre ellas para que la respuesta sea eficaz.
Este mecanismo de defensa del organismo se clasifica en inmunidad innata, que hace referencia al conjunto de barreras de protección del organismo naturales con las que nacemos, e inmunidad adaptativa, que se produce cuando el sistema inmunitario de una persona responde a una sustancia extraña o un microorganismo.
Cuando el cuerpo detecta sustancias extrañas que lo invaden, llamadas antígenos, el sistema inmunitario trabaja para reconocerlas y eliminarlas. Los antígenos pueden ser bacterias o virus, pero también pueden existir independientemente de un organismo, en forma, por ejemplo, de moléculas de alimentos o polen. El sistema inmune actúa de la siguiente manera: primero reconoce el antígeno extraño, luego activa la movilización de defensas, y finalmente lo ataca y lo controla evitando que nos dañe.
A través de una serie de hábitos podemos cuidar nuestro organismo y reforzar nuestro sistema inmunitario:
- Hidratarse adecuadamente. Beber suficiente agua y mantener el cuerpo hidratado contribuye a generar mejores defensas contra las infecciones. Además, la deshidratación puede causar dolores de cabeza y dificultar el rendimiento físico. El agua proporciona minerales esenciales como el calcio, magnesio y el flúor y, además, permite el trasporte de nutrientes a las células. Es importante recordar que no hace falta tener sed para beber.
- Llevar una dieta sana rica en frutas y verduras es un factor clave para fortalecer el sistema inmune ya que estos alimentos tienen propiedades antivirales y antimicrobianas, que nos ayudan a combatir las infecciones, gracias a su alto contenido en vitaminas A, C, E, B6 y B12, que son imprescindibles para que el sistema inmunológico cumpla su función de manera eficiente.
- Descansar bien y tener unos hábitos del sueño saludables son imprescindibles para el buen desarrollo del sistema inmunológico y para prevenir enfermedades. Durante el sueño se produce el proceso de activación inmune, la síntesis de proteínas y la proliferación celular, así como un aporte de energía y de cambios endocrinos que contribuyen al normal funcionamiento del sistema inmune, regulando sus respuestas innatas y adaptativas.
- Estar en forma. La actividad física libera endorfinas, unas hormonas que reducen el estrés, que es un factor de riesgo del sistema inmune. Por este motivo, es esencial no mantener una vida sedentaria y practicar deporte con frecuencia.
- Evitar el consumo de alcohol y tabaco. El consumo excesivo de alcohol puede debilitar nuestro sistema inmunológico, haciendo del cuerpo un objetivo más fácil para las enfermedades. Esto se debe a que las células de defensa se ven afectadas y no pueden cumplir sus funciones correctamente. Por otro lado, el tabaco aumenta el riesgo de padecer enfermedades y, a su vez, daña directamente nuestro sistema inmunitario.
Fuente:
- López Plaza B et al. Nutrición y desórdenes del Sistema immune. Nutr Hosp 2017; 34(4): 68-71. doi: 10.20960/nh.1575