El agua es un medio ideal donde hacer deporte, de hecho, muchos médicos usan piscinas para la recuperación tras una operación traumatológica, ya que ofrece mayor resistencia, genera menor impacto, el cuerpo pesa menos y hace que activemos todos los músculos. Además, la fuerza del agua hace que el flujo sanguíneo circule mejor, disminuyendo la presión arterial y, a la larga, reduciendo la frecuencia cardíaca en reposo según un estudio de la Universidad de Texas.
En muchas piscinas municipales existen cursos de acquagym o acquafitness donde se hacen ejercicios en una piscina pequeña, en la que se hace pie. Pero también puedes hacer los ejercicios que te recomendamos por tu cuenta, en la piscina o en el mar:
- Andar. Hay que tener cuidado en no resbalarse y hay que hacerlo en una piscina donde el agua te llegue como máximo a la cintura o al pecho para no ir de puntillas, sino caminando normalmente. Lo ideal es caminar unos 10 ó 20 pasos hacia adelante, y lo mismo hacia atrás. Repite trotando durante 30 segundos y vuelve a caminar otros 30 segundos, realizando estas series durante 5 minutos.
- Dar largas zancadas. Apoya un pie en un lateral de la piscina e intenta dar un gran paso hacia adelante con la otra pierna. Haz este movimiento varias veces. Luego, colócate frente a la pared de la piscina y da una zancada hacia un lado. Repite lo mismo con la pierna contraria. Haz 3 series de 10 zancadas con cada pierna.
- Levanta los brazos. Intenta hacerte con una de esas mancuernas de piscina que flotan en el agua y coge una en cada mano aguantando con los brazos hacia arriba. Intenta doblar los codos de manera que hagan un ángulo de 90 grados. Sube y baja los brazos hacia la superficie del agua, mientras que los codos deben permanecer flexionados. Repite 3 series de 10 veces.
- Haz el ejercicio de la bicicleta. Ahora sí que debes hacer este ejercicio en una parte de la piscina donde te cubra y apoya los brazos encima de 1-2 piezas cilíndricas de espuma o bien agárrate al bordillo de espaldas. Mueve las piernas como si estuvieras pedaleando en una bicicleta durante 3-5 minutos.
- Levanta las rodillas. Ponte contra la pared de la piscina y, apoyando los dos pies en el suelo levanta una rodilla como si estuvieras a punto de dar una zancada. Luego dobla, eleva y estira la rodilla 10 veces, y repite con la otra pierna 10 veces por cada lado.
- Túmbate en el agua. De pie en la piscina, sostén un cilindro de goma espuma con ambas manos e intenta empujarlo hacia abajo e inclínate hacia adelante hasta que tu cuerpo esté completamente tumbado. Intenta mantener la cabeza fuera del agua y aguantar en esta posición durante al menos 2 minutos.
Todos estos ejercicios harán que te sientas mejor y libre en el agua, no solo de forma física sino también emocional. Y es que está comprobado que practicar deporte a menudo mejora el ánimo y el sentido del humor.