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¿Sabemos realmente desconectar en verano? Principales claves para lograrlo

VIDA SALUDABLE - 8 de julio de 2022

Han llegado los meses más esperados del año. El momento de poner pausa a un ritmo ya normalizado pero completamente acelerado.

Desde junio, socialmente comenzamos a poner el freno y buscamos pasar de las prisas, el contrarreloj y los imprevistos de última hora en el trabajo a unos meses de ritmo tranquilo, menores exigencias y más disfrute de nuestro ocio.

Suena francamente bien, pero, ¿sabemos realmente llevarlo a la práctica? Lo cierto es que cambiar de golpe del ritmo frenético al que estamos acostumbrados en nuestro día a día al ritmo pausado que nos proponemos en los meses de vacaciones puede suponer todo un reto teniendo en cuenta que nos pasamos más de ¾ del año corriendo.

Hemos normalizado la velocidad, la inmediatez y los resultados rápidos, lo que implica que lo habitual para nuestro sistema nervioso sea estar acelerado. ¿El propósito de cada verano? Lograr desactivarlo en un tiempo record.

Por ello, desde Conectando Pacientes, te proponemos las siguientes pautas clave para ponerlo en práctica y conseguirlo.

 

1. ¿Has pensado que a veces desconectar es más bien “conectar”?

Estamos tan saturados que lo único que deseamos pasado junio es no pensar en nada, estar tranquilos y descansar. Puede que a primera vista parezca una estrategia sana y cuidada. Sin embargo, desde el punto de vista psicológico, si nos forzamos a sentir una calma “no genuina” cuando en realidad lo que tenemos internamente es un caos emocional, caeremos sí o sí en el error de evitar y reprimir emocionalmente, conllevando en el medio plazo en una mayor ansiedad.

¿Qué hacer entonces si sentimos cierto ajetreo emocional? Simplemente conectar. Sentir. Bajar el ritmo es una oportunidad maravillosa para preguntarnos ¿cómo estoy?, ¿cómo me siento?, ¿qué necesito?, ¿qué me pide el cuerpo? Cualquiera que sea la respuesta a esas preguntas, ya sea “estoy feliz y satisfecho/a”, “estoy frustrado/a con mi vida”, “me siento triste y solo/a” o “me siento acompañado/a de los míos”.

Digamos, en modo resumen, que la verdadera “paz y tranquilidad” viene cuando dejamos de luchar con lo que sentimos, dejamos de intentar controlar y forzarnos a estar tranquilos y simplemente acogemos la emoción que tengamos en ese momento.

 

2. Reduce las exigencias de planificación, escúchate

Otra de las grandes tendencias es intentar sacar el máximo provecho a estos días. Una maleta tras otra, vacaciones llenas de actividades, excursiones entrelazadas, planes sociales cada fin de semana… es comprensible que queramos aprovechar al máximo este periodo, el buen tiempo y el ánimo social. Sin embargo, una vez más, si planificamos todo no dejamos margen a la improvisación, a la libertad de decidir según el ánimo de cada momento ¿qué me apetece hacer hoy?

 

3. Ser realista

Porque a veces, simple y llanamente no podemos parar. Hay realidades laborales y familiares complicadas en la que igual no podemos permitirnos esos días de descanso. Ya sea por problemas económicos, por complicaciones en los turnos de trabajo o por dificultades familiares. Aquí la pauta será simple, no caigamos en el “o perfecto o nada”. Aunque fuese maravilloso, no siempre es necesario estar en una playa paradisiaca para permitirnos desacelerar. Lo cierto es que la estructura social no lo pone fácil y nos acota el tiempo disponible para nosotros mismos. Pero a partir de ahí, nuestro ingenio, creatividad y capacidad para priorizarnos son fundamentales a la hora de buscar pequeños gestos diarios que nos hagan la rutina menos cuesta arriba y más tranquila. Algunos ejemplos podrían ser: amenizar la rutina con planes diferentes (como por ejemplo, una cena especial después del trabajo), invertir energía sólo en aquello que realmente nos apetece (por ejemplo, diciendo que no a los planes por compromiso) o atrevernos a dedicarnos tiempo de calidad.

Somos conscientes de que estas pautas son esenciales y a la par complicadas. Pero no te desanimes, es cuestión de ir poniéndolas en práctica. No se pretende que seamos expertos en desconectar, únicamente, que se quede la idea clave: que para revertir los efectos de una rutina totalmente planificada lo que hay que hacer es dar espacio a la libertad de decisión y espontaneidad, preguntarnos ¿cómo estoy? ¿Qué necesito hacer en este momento?

 

Ana Gutiérrez Frutos. Nº Col. M-33182. Psicóloga General Sanitaria en A3S. Hipervínculo a: https://www.alimentacion3s.com/nuestras-especialidades/

Redactado por:

Ana Gutiérrez Frutos

N.º. Col. M-33182. Psicóloga General Sanitaria

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