En cuestión de dieta y alimentación, tendemos a llevar mentalidad del “todo o nada” y esto se convierte en ese patrón de desconectar-conectar donde en etapas como Navidad o vacaciones de verano, implican una desconexión absoluta de nuestra alimentación. ¡No somos fans de esa polaridad!
Concretamente, vamos a ver diferentes consejos en los que poder llevar a cabo una alimentación flexible en un contexto de buffet libre en vacaciones donde puede resultar complicado.
- En primer lugar, recomendamos levantarse pocas veces, entre 1 y 3 y servirnos en los platos las cantidades aproximadas que solemos comer habitualmente. Si nos levantamos muchas veces, no llegaremos a conseguir calcular cuánto necesitamos y regular esas sensaciones de saciedad adecuadamente.
- En segundo lugar, la comida no se va a acabar y al ser varios días, aunque te apetezcan muchas cosas, puedes ir seleccionándolas y repartiéndolas en varios de ellos. Un truco para ese reparto es lo que podríamos llamar “el top 5 del buffet libre” donde haremos un reparto en bebida, primer plato, segundo plato, acompañantes y postre. Cada día elige la mitad de ellos de forma más nutritiva y la otra mitad con alimentos más superfluos que no incluyas en tu rutina habitual y te puedan apetecer. Por ejemplo: agua, croquetas y algún frito, pescado al horno con patatas cocidas y verduras y tarta de queso. Es la forma de conseguir esa flexibilidad cubriendo nutrientes en una parte porque recuerda, muchas veces no se trata de eliminar alimentos sino de añadir otros con mayor frecuencia para que al cuerpo no le falte de nada y nuestros órganos puedan funcionar adecuadamente.
- En tercer lugar, puedes seguir aplicando como referencia la triada de fruta + carbohidrato integral + proteína + grasa en tus desayunos y meriendas y, el plato de Harvard (verdura + carbohidrato + proteína) en comidas y cenas. Con esto, aseguramos cumplir esa parte nutritiva y añadirle esos alimentos más superfluos como comentábamos antes.
- En cuarto lugar, mantener nuestros horarios de comidas habituales le va a sentar fenomenal al cuerpo para regular sus ritmos circadianos. Si estos horarios cambian, intentar mantenerlos estables en todas las vacaciones. Nos ayudará a regular mejor nuestras hormonas del hambre y saciedad. Además, debes saber que hay diferentes tipos de hambre (físico, emocional, contextual, visual, olfativo, celular...) y que, puedes y tienes permiso de comer ciertos alimentos asociados a un contexto, aunque no sean saludables. Mastica y come despacio para así poder saborear los alimentos, disfrutarlos, evitar las digestiones pesadas, los gases o el estreñimiento.
Como recordatorio final, recalcar que lo importante es mantener o conseguir una buena relación con la comida.