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¿Cómo consigo que mi hijo coma verduras?

VIDA SALUDABLE - 13 de mayo de 2018

No me gusta, no las quiero, no pienso comérmelas. Es muy probable que si eres padre o madre de niños pequeños hayas pasado por este trance más de una vez. Las verduras y los niños no se llevan bien, o al menos, eso dice el tópico. Sin embargo, es posible romperlo. Te ofrecemos en este artículo algunos consejos prácticos para conseguir no solo que tu pequeño coma verduras, sino además para que le gusten.
 

Dale ejemplo

Muchas veces los niños actúan por imitación. Seguro que los has visto imitando tus gestos, actitudes o forma de hablar. Pues también pueden imitar tus pautas de alimentación. Si ve que incluyes las verduras en tu dieta diaria y que además disfrutas comiéndolas, es más que probable que tu hijo se interese por ellas; al menos, que se anime a probarlas. Comer en familia y no en turnos diferenciados contribuye aún más a reforzar este consejo.

No renuncies a la primera

Algunos padres optan por alimentos alternativos ante la primera negativa. Es un error. Se estima que un alimento debe ser probado entre 10 y 15 veces para ser bien tolerado. Así que no tires la toalla. Puedes además probar a cocinarlas de diferentes modos para ir sondeando de qué forma le gustan más. Si pese a todo, tu hijo rechaza las verduras, nunca le obligues a comerlas. La obligación siempre suele llevar al rechazo. Ya habrá tiempo para volver a insistir.

Cocina con tus hijos

No siempre tenemos tiempo, pero cocinar juntos ayuda a disfrutar más de la comida. Si tu hijo contribuye en la preparación de los platos, simplemente cortando zanahorias, por poner un ejemplo sencillo, es muy posible que muestre interés por probarlas. Puedes enseñarle además a preparar un par de recetas sencillas y dejar que las haga por su cuenta.

Preséntalas de forma original

¿Quién dice que las verduras son aburridas? La cocina es creativa. Juega con las formas, los colores (puedes hasta realizar un estupendo dibujo con un plato de guisantes, por ejemplo), etc. Dicen que la comida entra por los ojos y en el caso de los niños mucho más. Prepara un plato bonito de ver y seguro que al menos lo prueba.

Añádelas a cada plato

Quizá les resulte difícil comerse un plato de verduras sin más, pero ¿y si las verduras acompañan una pechuga de pollo? ¿Y si acompañas los filetes de lomo con unos pimientos? ¿Qué tal un bizcocho para desayunar hecho con zanahoria? Las opciones son tantas como tu imaginación quiera.

Si tus hijos todavía no comen verduras, ya no tienes excusas para, al menos, intentarlo. ¡Quién dijo miedo!

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