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¿Cómo afecta el cloro de las piscinas a tu piel?

VIDA SALUDABLE - 10 de julio de 2020

El verano es una temporada de sol, calor, playa, vacaciones y, por supuesto, de piscinas. Uno de los oasis perfectos para pasar a remojo los días en los que el calor hace mayor acto de presencia. Sin embargo, este refrescante refugio trae consigo un elemento que puede causar problemas tanto en la piel, como en los ojos: el cloro.

Este producto químico es indispensable para que el agua de las piscinas se mantenga en las condiciones idóneas para el baño, evitando la proliferación de bacterias y hongos en el agua; el problema es que puede provocar diversas irritaciones.

Según los dermatólogos, es muy poco común que una persona pueda llegar a sufrir una alergia a causa del cloro de las piscinas y relacionan más los eccemas que puede provocar con una reacción que tiene el cuerpo al entrar en contacto con un producto químico más o menos fuerte.

Una situación muy parecida sucede en las manos cuando limpiamos el baño o la cocina con determinados productos sin utilizar guantes para protegernos.

Esta reacción del cuerpo está marcada por tres condicionantes: la cantidad de cloro que haya en el agua, la sensibilidad de la piel de la persona y el tiempo que esté el cuerpo en contacto con el agua clorada.
 

Es muy común que los niños sean los que manifiesten estas irritaciones y eccemas por el cuerpo puesto que suelen estar mucho más tiempo bañándose y jugando en el agua que los adultos y porque su piel es mucho más delicada, por ello hay que estar alerta de cómo se comporta su cuerpo.

Para prevenir la aparición de este tipo de lesiones, los dermatólogos aconsejan que, antes de bañarse en una piscina, se aplique crema hidratante con protección solar para proteger a la piel tanto del cloro, como de los rayos del sol.

En las piscinas de agua salada, no ocurre este problema. En ellas, el cloro se genera a través de la sal, por lo que no hay que añadir cloro químico, reduciendo la sequedad de la piel y las irritaciones.

La reacción al cloro se caracteriza por la aparición en diferentes partes del cuerpo, sobre todo en las axilas, las ingles y en la parte de detrás de las rodillas, de eccemas que provocan un enrojecimiento de la piel y fuertes y molestos picores.

Para tratarlos, lo que aconsejan los médicos es hidratar muy bien las zonas en las que han aparecidos estos eccemas. Ello ayudará a bajar la inflamación y a mejorar la irritación en la piel. En caso de duda o si la reacción es demasiado fuerte, lo mejor es acudir a un dermatólogo para que evalúe la lesión y prescriba un tratamiento más fuerte, en caso de necesitarlo.

Ante todo, la mejor solución es la prevención. Es necesario seguir los consejos de los dermatólogos hidratando muy bien la piel antes y después de bañarse en una piscina y, en los casos en los que la piel es muy delicada, evitar estar demasiado tiempo en el agua.

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