VIDA SALUDABLE - 27 de junio de 2019
Sin duda la eterna pregunta que nos hacemos todos en mayor o menor medida es, ¿cuánta agua tengo que beber al día? Por regla general muy pocas personas beben lo suficiente. El estrés, la rutina diaria o el trabajo hacen que nos olvidemos de cumplir con esta obligación tan básica para nuestro organismo.
La cantidad recomendada suele ser siempre entre 1,5 y 2 litros al día, o incluso algunos expertos recomiendan 8 vasos, pero ¿es realmente esta una medida aplicable para todo el mundo, sin importar su peso, altura, edad o por ejemplo su actividad física?, la respuesta es no.
Existen muchos factores que incrementan el consumo recomendado al día como por ejemplo el sexo, el peso, la edad, la dieta, si practicamos algún deporte, el embarazo, el clima…
El agua es muy importante para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Elimina toxinas, regula la temperatura corporal, transporta nutrientes y nos mantiene hidratados, entre otras muchas funciones. En definitiva, hace que nuestro cuerpo funcione correctamente.
Como veis, no existe una medida estándar recomendada para todo el mundo, así que debéis saber escuchar a vuestro cuerpo y no esperar a tener sed para beber agua.
Lo que yo suelo hacer para no olvidarme de beber agua en la oficina es tener siempre llena mi botella de agua junto al ordenador. He comprobado que me resulta más cómodo y por tanto bebo más agua cuando tengo un vaso o taza a mano y no directamente de la botella. En casa también pongo en práctica un consejo similar y es que cuando por fin ha terminado mi jornada y me siento en el sofá para relajarme nunca falta en la mesa una botella de agua y un vaso, para no tener excusas y evitar la pereza de ir a la cocina a por agua.
Un indicador natural para comprobar si estamos suficientemente hidratados es la orina. Si es casi transparente significa que lo estamos haciendo bien y debemos continuar por ese camino, en cambio si nuestra orina es muy amarilla significa que no estamos bebiendo suficiente agua y debemos aumentar su consumo.
Por supuesto, en verano con altas temperaturas, nuestro cuerpo necesita más agua que en otras épocas del año, por lo que debemos beber con más frecuencia.
Si salís de casa a dar un paseo o si, por ejemplo, vais de compras, llevad siempre una botella de agua pequeña para poder ir bebiendo sorbos a medida que pasan las horas.
Mi recomendación es que no bebáis menos de 1,5 litro y medio a lo largo del día, a partir de ahí podéis escuchar lo que vuestro cuerpo os va pidiendo y en función de vuestra actividad o estado de salud, dadle lo que necesite, ni más ni menos.
Redactado por:
Cristina Lucerón