VIDA SALUDABLE - 12 de mayo de 2019
Si acabas de ser madre o estás en la fase final de tu embarazo, quizá hayas oído hablar del baby led weaning (BLW). Por estas siglas inglesas se conoce una nueva técnica recomendada por algunos pediatras para que los niños empiecen a comer solos alimentos sólidos desde que son bebés.
La Organización Mundial de la Salud recomienda el uso exclusivo de alimentación con leche materna o de fórmula hasta los 6 meses, edad en la que ya se pueden introducir alimentos sólidos en la dieta del niño, siempre que este tenga interés por la comida, se mantenga sentado y no tenga reflejo de extrusión (expulsar la comida de la boca con la lengua). Las recomendaciones existentes hasta la fecha proponían ir incorporando alimentos poco a poco y en forma de purés, pero la Asociación de Pediatría Española (AEPap) señala ahora que es beneficioso que sea el propio niño el que coma solo, con las manos y los mismos alimentos que los demás miembros de la familia.
Además, entre sus pautas, los pediatras aconsejan introducir frutas y verduras cortadas en trozos grandes desde los seis meses, teniendo especial cuidado con los atragantamientos. Subrayan también que, retrasar la introducción de comida sólida puede tener consecuencias negativas para el pequeño como deficiencias nutricionales y puede producir un aumento del riesgo de sufrir alergias o una peor aceptación de sabores y texturas.
En este tipo de alimentación complementaria, los padres deciden lo que le dan al bebé, pero es él, el que coge la comida por sí mismo, decidiendo lo que come y cuánto come, a riesgo de que se ensucie y, más que comer, juegue con la comida. Entre las recomendaciones de los pediatras, destacan que el bebé se siente a la mesa con toda la familia en las comidas; que se le ofrezca la misma alimentación, siempre sana y equilibrada, que al resto y que se alimente por sí solo desde el principio. Al principio, usará sus manos y, más tarde, se le puede enseñar para que utilice los cubiertos.
El niño adquiere gracias a este método un rol más activo en la comida, favoreciendo que pueda regular las cantidades de alimento que ingiere y desarrolle sensaciones de saciedad, de forma que se pueda prevenir incluso el desarrollo futuro de la obesidad.
Los bebés no son realmente capaces de saber cuándo están satisfechos, así que el trabajo de los padres es vigilar que las proporciones y alimentos sean los adecuados para su edad. Los pediatras de AEPap recuerdan que “la educación por parte de los progenitores en todo lo relacionado con la alimentación y nutrición de los niños es fundamental”. Y destacan, por último, la importancia de que los padres sean un modelo de hábitos alimenticios saludables para sus hijos, ya que estos imitarán todas sus acciones, incluidas aquellas relacionadas con la alimentación.
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