VIDA SALUDABLE - 12 de mayo de 2019
La meditación es un ejercicio completo tanto para el cuerpo como para la mente. Un estudio de la Asociación Estadounidense del Corazón viene ahora a corroborarlo. La investigación confirma que la meditación ayuda a disminuir el estrés y a mejorar la calidad del sueño, lo que puede contribuir a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Los autores del estudio destacan las múltiples ventajas de la meditación para la salud cardiovascular. “Los beneficios de meditar van mucho más allá de aliviar el estrés”, dice Glenn Levine, uno de los investigadores principales. De hecho, los pacientes que participaron en el trabajo mejoraron, obviamente en sus síntomas de estrés, pero también en el proceso de dejar de fumar, la reducción de la hipertensión, la resistencia a la insulina, el síndrome metabólico o la función endotelial, un factor clave de la salud vascular.
A partir de este estudio se ha elaborado una guía para practicar una meditación idónea y así obtener buenos resultados. Para ello, es necesario estar en posición de loto o de piernas cruzadas, como la samatha vipassana, mindfulness, zen, raja yoga o la meditación trascendental, ya que la práctica sentada ayuda a reducir los niveles de estrés, ansiedad y depresión, mejorar el sueño y fomentar el bienestar en la persona.
Según los expertos, el cuerpo de una persona estresada produce hormonas del estrés que aumentan la presión arterial. Además, el cuerpo consume más oxígeno y segrega químicos que provocan inflamación en el organismo. Este proceso, según los autores del trabajo, puede resultar aliviado mediante la meditación, ya que ayuda a disminuir la respuesta ante el estrés y, por lo tanto, a controlar factores de riesgo para el corazón como la inflamación y los problemas metabólicos. Y es que, el corazón es uno de los principales damnificados tanto del estado emocional y mental.
El trabajo no incluye el estudio de otras prácticas relacionadas con la relajación como el yoga o el taichí porque son prácticas más activas y ya se ha probado que la práctica de cualquier actividad física en general es buena para reducir el riesgo de problemas cardiovasculares. Sin embargo, en el trabajo, Levine recomienda meditar bajo la supervisión de un profesional, y no hacerlo por ningún motivo en sustitución de otras recomendaciones. “No creemos que la meditación deba sustituir un estilo de vida saludable y los consejos de los especialistas”, advierte Levine.
A pesar de los avances en la prevención y el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares, estas siguen siendo la primera causa de enfermedad y muerte en el mundo. Por eso, los expertos creen que este tipo de intervenciones sencillas, de bajo coste y accesibles para muchas personas, incluso con problemas de movilidad, contribuirían a prevenir la aparición de estos accidentes o su repetición. Hacen, eso sí, una salvedad. Y es que estos ejercicios no sustituyen a los medicamentos ni a la dieta saludable pautada por un especialista sanitario.
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