VIDA SALUDABLE - 7 de marzo de 2019
En los últimos tiempos se han puesto muy de moda los alimentos en cuyo envase se puede leer la palabra “LIGHT”, pero, ¿sabemos realmente lo que significa esta etiqueta?
En mi caso, la mayoría de las veces no sabía lo que estaba comprando, pero si necesitaba un producto en concreto y junto a él había una versión light, compraba ésta con la esperanza de que fuera más sana o engordara menos, nada más lejos de la realidad.
Me puse a investigar sobre el tema y descubrí que, según la CIOA, Comisión Interministerial para la Ordenación Alimentaria, único organismo que actualmente regula estos alimentos, para que un producto se considere light tiene que cumplir estas 3 características:
Pues bien, esto quiere decir que para que un alimento sea light se debe reducir, que no eliminar, su contenido en calorías o nutrientes como mínimo en un 30% con respecto de la versión no light es decir, sería suficiente con reducir solo uno de los nutrientes.
Lo cierto es que los productos light son muy engañosos, en ocasiones pueden contener menos azúcares, pero más grasas, para compensar así la falta de sabor. Además, debemos tener en cuenta que hay productos como las patatas fritas, la mermelada, la bollería etc. que son altamente calóricos, por lo que incluso en sus versiones light, no conviene abusar de ellos.
Mi consejo es que si queréis comprar un alimento light miréis bien las porciones de referencia, tampoco hay que volverse loco mirando etiquetas, solo con ver la porción sabremos si se ha reducido de verdad el contenido en calorías y si merece la pena o no comprar la versión light, eso si, comparadlo siempre con su versión normal.
Los fabricantes aprovechan que el consumidor no suele saber lo que compra y no lee las etiquetas, para darnos información engañosa con palabras como “ligero”, 0% materia grasa”, “cero azúcares” etc.
También, debemos tener especial cuidado de no comer más cantidad solo porque sea un producto light. Está demostrado que el consumidor ingiere o toma más producto cuando se trata de su versión light con la falsa creencia de que no engorda o no es malo.
Además, algunos expertos aseguran que ingerir exclusivamente alimentos de este tipo que no contienen cantidades suficientes de los nutrientes esenciales como proteínas, vitaminas o minerales, puede perjudicar nuestra salud porque el cuerpo no recibe la energía que necesita.
En definitiva, hay que tener siempre en cuenta el valor energético del producto en su conjunto ya que puede ser equivalente a la versión normal, al menos en lo que a calorías totales se refiere.
Redactado por:
Cristina Lucerón