¿Cómo saber si tu hijo es celíaco?

Muchos síntomas de la celiaquía pueden asociarse a otras enfermedades, por ello su diagnóstico es difícil. Se estima que el 1% de la población (el doble si son niñas) desarrollará la enfermedad, aunque los primeros síntomas no aparezcan hasta bien entrada la adolescencia. Por ello, si eres padre o madre, es importante que aprendas a distinguir algunos de las manifestaciones clínicas más frecuentes en esta patología.

• Aparato digestivo: Los síntomas más frecuentes de los niños celiacos son diarreas, vómitos, pérdida de peso o hinchazón abdominal sin causa aparente.
• Estado emocional: Los pequeños que sufren celiaquía suelen estar tristes, apáticos, irritables y faltos de energía.
• Anemia ferropénica: Una consecuencia de la celiaquía es la anemia por la mala absorción de hierro, lo que puede generar aspecto pálido, hematomas y fragilidad en las uñas y el pelo.
• Lesiones en la boca: También son habituales las lesiones en la boca como llagas y alteración del esmalte de los dientes.

Si has detectado alguno de estos síntomas en tu hijo, es recomendable que lo lleves al médico. Será el profesional sanitario el encargado de realizar un cuestionario para conocer los antecedentes familiares y lo completará con un análisis de sangre para determinar los parámetros propios de esta intolerancia. En ocasiones, aunque cada vez menos, es necesario realizar una biopsia intestinal mediante endoscopia para extraer una pequeña muestra del tejido intestinal y determinar si las vellosidades están dañadas tras el consumo de gluten.

Es recomendable que no retires el gluten de la alimentación de tu hijo hasta que se confirme el diagnóstico. También es aconsejable iniciar el estudio a padres, hermanos, e incluso a familiares de segundo grado, ya que pueden ser celíacos asintomáticos.
 

Pautas de alimentación en niños celíacos

Por ahora, la alimentación libre de gluten es el único tratamiento para las personas celiacas. La enfermedad es lenta, pero es crónica, por lo que tendrás que acostumbrar a tu hijo a seguir una dieta sin gluten de por vida.

Hay muchos alimentos que por su origen no contienen gluten como la leche, la carne, el pescado, frutas, verduras, frutos secos y legumbres siempre que no hayan sido procesados. Desde la la Asociación Española de Pediatras de Atención Primaria (AEPap) recomiendan una serie de consejos a la hora de hacer la compra y elaborar los platos:

• Es mejor comprar productos que vienen en tarros, como mermelada, mantequilla o mayonesa, independientes para el niño celiaco. La razón es sencilla: evitar que migas de pan que se pueden colar en frascos compartidos.
• A la hora de utilizar electrodomésticos pequeños es preferible comprar un tostador solo para panes sin gluten o utilizar un horno para tostar que se pueda limpiar entre usos, o cubrir la rejilla del horno con papel aluminio. También existen unas fundas ignífugas donde se mete el pan para evitar que toque las paredes del tostador. En el microondas hay que tapar siempre el plato sin gluten.
• Aunque se tenga mucho cuidado es inevitable que alguna vez se utilice por error algún ingrediente con gluten, pero esa comida ya quedaría contaminada.
• No se deben freír productos sin gluten en aceite donde se hayan cocinado antes productos con gluten.
• Es importante limpiar las encimeras, utensilios de cocina y tablas de cortar para evitar la contaminación cruzada.
• Se recomienda almacenar siempre los productos sin gluten arriba y los que tengan gluten debajo para evitar que caigan restos.

Al inicio puede parecer difícil seguir una dieta con estas pautas, pero los niños enseguida aprenden qué pueden comer y qué no y la dieta será incorporada a la rutina familiar. Los niños celiacos son los primeros en cuidarse a sí mismos.