Durante el invierno nos encontramos con muchos días en los que no nos apetece salir demasiado de casa por culpa del frío, la lluvia o la nieve, lo que hace que, durante esos meses nuestra vida se haga más sedentaria. A esto hay que sumar que, en esta época del año, tendemos a comer platos más contundentes de cuchara para entrar en calor, dejando a un lado opciones más ligeras como pueden ser las ensaladas, que son más propias de los meses de verano.
Estos dos factores pueden hacer que al final, el invierno termine pasando factura a nuestra línea y cojamos algún que otro kilo no deseado. Por ello, en Conectando Pacientes te proponemos algunos alimentos que puedes incluir en tu dieta para mantenerte sano y protegerte del frío sin engordar ni un gramo.
- Verdura. Los antioxidantes son un elemento clave para la prevención de algunas enfermedades, puesto que protegen el organismo reforzando el sistema inmunitario. Algunas de las verduras en las que más cantidad de este componente podemos encontrar son los tomates, la berenjena, los pimientos o la patata, que además posee una buena cantidad de vitaminas y fibra. Los espárragos, las acelgas, las setas, las espinacas o las alcachofas son algunos de los alimentos con un importante aporte nutricional sin demasiadas calorías.
- Fruta. La gripe y los resfriados son las patologías más comunes en esta época del año. Para hacer frente a ellas es muy importante reforzar nuestro cuerpo con vitaminas antioxidantes como las de los grupos A, E y C, que también son importantes en la prevención de enfermedades cardiovasculares, el cáncer y el envejecimiento. La pera, el plátano, las uvas, el aguacate o el kiwi, así como las mandarinas, los frutos rojos, la granada o la calabaza son una opción ideal, versátil y saludable.
- Legumbres. Uno de los alimentos estrella de la temporada de frío. Entre sus ventajas encontramos que tienen un valor nutricional alto, son bajas en grasa y son un potente aporte de fibra. Una buena combinación sería tomarlas en la hora de la comida con verduras y un cereal, como puede ser el arroz.
- Pescado. El sol es una de las cosas que más extrañamos durante los meses de otoño e invierno, no solo en lo emocional, sino que nuestro organismo también lo echa de menos, puesto que es la principal fuente de vitamina D. Para suplir esta carencia, el pescado es una alternativa muy buena. Las sardinas, el atún, el bacalao, los calamares o la dorada y el gallo son algunos de los pescados que te aportarán esta vitamina.
- Carne. Es importante mantener durante todo el año el consumo de proteínas para que nuestros músculos se desarrollen bien y para que los tejidos se mantengan elásticos. Es conveniente moderar el consumo de carnes rojas y decantarse más por otras como la de pollo o conejo, más magras y saludables.
Recuerda que, como te hemos contado en anteriores posts, los alimentos de temporada son siempre la opción más rica y saludable puesto que están más frescos, al no necesitar ser trasladados desde lugares remotos, y ser la época del año idónea para su producción y consumo.