TDAH y altas capacidades, ¿son compatibles?

Doblemente excepcionales. Es el término que suele emplearse para referirse a los niños que comparten altas capacidades y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Y es que, contrariamente a lo que se piensa, se puede ser superdotado y, sin embargo, presentar dificultades de concentración. Es lo que explica, por ejemplo, que muchos de estos pequeños tengan un bajo rendimiento escolar. Algunos especialistas subrayan que más del 10% de los menores con altas capacidades tienen también dificultades de atención.
 

¿Por qué sucede?

Lo primero que conviene aclarar es que inteligencia y TDAH no tienen por qué guardar una relación de causa efecto. Hay niños muy inteligentes con TDAH y niños sin TDAH menos inteligentes. La razón está en que la zona del cerebro donde se localiza la inteligencia nada tiene que ver con el área donde se controla la atención.

De hecho, la plataforma tdahytu subraya que uno de los problemas más frecuentes en los niños con altas capacidades que además tienen TDAH reside en que, precisamente por eso, no son diagnosticados o lo son demasiado tarde. Estos niños pueden superar sin problemas los tests de inteligencia y de atención por lo que, a menudo, su TDAH pasa inadvertido.

Este retraso diagnóstico trae consecuencias en el desarrollo evolutivo del pequeño. En su comportamiento, tanto en la escuela con sus compañeros y profesores como en casa con su familia, sigue presentando problemas de concentración. Es importante actuar a tiempo en estos casos porque, llegada la adolescencia, estos menores pueden presentar problemas de rebeldía, impulsividad, baja autoestima y frustración.

Nuestro consejo es que mantengas siempre un diálogo abierto y sincero con tus hijos, que te comuniques con ellos, aunque a veces no seas capaz de entenderlos del todo y te parezca que habláis dos idiomas diferentes. Al final, el esfuerzo siempre surte efecto.