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¿Qué puede hacer el colegio para ayudar a un niño con TDAH?

DÉFICIT DE ATENCIÓN - 26 de agosto de 2022

Los niños y niñas con TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) precisan necesidades concretas en muchos ámbitos de su vida. Sin embargo, quizá uno de los más importantes sea la escuela. El colegio es el lugar donde los más pequeños desarrollan sus capacidades de aprendizaje y entran en contacto con normas sociales de comportamiento. Así, conductas como esperar nuestro turno para hablar, permanecer sentado en un pupitre durante largas jornadas o seguir las instrucciones del profesor serán grandes desafíos para los niños con TDAH. También, la escuela es el espacio idóneo donde los niños hacen amigos y desarrollan sus capacidades sociales. Luego, sentirse aceptado y comprendido en el aula será vital para su desarrollo y favorecer una percepción positiva de sí mismos a pesar del TDAH.

 

Cómo manejar el TDAH en el aula:

El trabajo coordinado entre padres y docentes será crucial a la hora de asegurar el éxito en el aprendizaje del niño con TDAH y mejorar también su experiencia escolar. A continuación, te proponemos algunas buenas prácticas que nuestro centro debería tener con nuestro hijo/a con TDAH:

  • Si bien la mayor parte de los diagnósticos suelen ser percibidos de antemano por docentes, si este no es vuestro caso, lo primero que hay que hacer es comunicar el diagnóstico de nuestro hijo a la escuela. El hecho de tener un alumno con TDAH no es una excusa para “no hacer nada”, sino todo lo contrario: adaptar materiales, contenidos y actividades a sus necesidades.
     
  • Busca actividades con movimiento: podemos proponer ejercicios dentro de la dinámica de la clase que impliquen corros, cambiarse de pupitre o palmas. También, es buena idea delegar aquellas tareas como ir a por tizas o borrar la pizarra a ellos si percibimos que se sienten inquietos o necesitan salir del aula durante algunos minutos.
     
  • Motiva los intereses propios: Debemos plantear las tareas de clase de la forma más atractiva posible, dejando siempre en la medida de lo posible libertad de elección y creatividad. Por ejemplo, si queremos que realicen una redacción o una exposición, podemos dejar que elijan el tema.
     
  • Fomenta la participación en clase: los niños con TDAH pueden parecen impacientes, inquietos y a veces son incluso percibidos como molestos por sus compañeros. Plantear actividades dinámicas en las que se sienta cómodo mejorará su adaptación y evitará el sentimiento de fracaso o frustración el aula.
     
  • Establece exceptivas. Es decir, expón previamente qué aprendizaje y qué comportamiento se espera antes de una actividad. Así, podrás establecer metas alcanzables en un corto plazo y recompensar por ello.
     
  • En la medida de lo posible, y siempre con previo consentimiento de los padres y del propio paciente, es interesante plantear la comunicación del TDAH al resto de los compañeros. Al fin y al cabo, saber sobre un trastorno es la mejor forma de normalizarlo, fomentar la diversidad y encontrar la mejor forma de ayudar. Así, lograremos también que sus compañeros de clase comprendan y empaticen mejor a nuestro alumno con TDAH.
     
  • Por último, y como pilar básico, no debemos olvidar la comunicación constante con los padres: Es importante que el docente realice un seguimiento y una evaluación del alumno, ser consciente de cuáles son sus mayores retos y sus mejores avances. En definitiva, un ejercicio de pedagogía mutua donde el mayor beneficiado siempre será el paciente con TDAH.

Redactado por:

Ana Gutiérrez Frutos

N.º. Col. M-33182. Psicóloga General Sanitaria

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