Aproximadamente un 5% de los niños se ven afectados en la actualidad por el TDAH. En España, los casos de afección de este trastorno se han multiplicado por treinta en los últimos años, sobre todo en la franja de edad de 8 a 12 años.
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una afección crónica que incluye una combinación de problemas persistentes como son la falta de atención y la hiperactividad e impulsividad. Actualmente no existen unas causas comprobadas que generan esta patología, pero podrían estar involucradas la genética, el medio ambiente o problemas en el sistema nervioso central en momentos claves del desarrollo.
Una preocupación para los padres de estos niños son las actividades que pueden hacer con ellos y que puedan controlar el trastorno temporalmente. Lo más importante es que las actividades sean del interés de los pacientes y que les resulten atractivas, ya que obligarle a realizar algunas resultará contraproducente.
Resultan muy beneficiosas aquellas acciones donde se requiera concentración y desarrollo de sus capacidades cognitivas, más allá de las académicas, así como la realización de actividades en las que puedan descargar toda su energía y aprendan a controlar sus impulsos.
Las actividades que más ayudan a los niños con TDAH son:
- La actividad física. Practicar deporte diariamente beneficia la cognición y el comportamiento respecto al aprendizaje en niños y adolescentes de entre 6 y 18 años que sufren esta patología. La velocidad de procesamiento y la memoria de trabajo mejoran, así como las habilidades de planificación y de resolución de problemas. Esto tiene efectos cortoplacistas, por eso es recomendable que previamente a realizar actividades que requieran altos niveles de concentración, se realice una actividad física de alta intensidad.
- La música. Aprender a tocar instrumentos, así como leer música y componer nuevas piezas musicales es beneficioso, ya que se refleja en nuevas fibras nerviosas en el lóbulo frontal del cerebro. La relación entre la música y la génesis de neuronas y de asociaciones entre ellas proporciona habilidades cognitivas fundamentales para revertir alteraciones en la conducta como las que son propias del TDAH.
- Artes plásticas. Varios estudios han informado que los niños que padecen esta alteración tienden a ser personas más creativas. Es por eso que las terapias relacionadas con técnicas plásticas son estimulantes y motivantes y además requieren de una concentración y regulación emocional de los impulsos.
- Ajedrez. Se trata de una actividad que requiere gran concentración, por eso se podría pensar que es contraproducente para un niño que padece TDAH: pero ocurre al contrario, siempre que se ponga en práctica en un contexto terapéutico y supervisado por profesionales, es altamente eficaz ya que se trabaja la inteligencia lógico-matemática y la creación de hábitos positivos que puedan aplicarse posteriormente en otros contextos.
- Juegos con perros. Realizar terapias asistidas con perros puede ayudar a los niños con TDAH a mejorar sus habilidades sociales, reduciendo sus conductas problemáticas. Esta actividad ayuda al niño a ser más consciente de los momentos en los que se pierde la atención o se comporta de manera impulsiva.
Ante todo, es importante saber que ser padre de un niño con TDAH implica tiempo, dedicación y paciencia. Por ello es importante intentar conocer las actividades que más pueden ayudar a controlar el comportamiento de los niños.
Fuentes: