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Ejercicios mentales cotidianos para mi familiar con Parkinson

PÁRKINSON - 9 de diciembre de 2022

La Enfermedad de Parkinson (EP), como repetimos en Conectando Pacientes, es algo mucho más allá del temblor. A la hora de convivir con una enfermedad crónica, debemos abordar su tratamiento atendiendo no solo a los síntomas más perceptibles, sino también a todos los efectos que puede generar la propia enfermedad.

Como sabemos, la enfermedad de Parkinson afecta principalmente a las habilidades motoras, pero puede producir también trastornos emocionales o alteraciones en el sueño. En este caso, hablaremos de otra de sus consecuencias: el deterioro de las funciones cognitivas. Es decir, la alteración de nuestra capacidad para pensar, ejecutar acciones o percibir. No obstante, la aparición de trastornos cognitivos, su grado de intensidad o gravedad dependerá mucho de cada caso.

Entre los efectos más comunes encontramos la ralentización a la hora de procesar la información, la dificultad para mantener la capacidad de concentración, las pérdidas de memoria y la alteración de las funciones ejecutivas. Ante eso, realizar a diario pequeños ejercicios mentales puede ayudar a prevenir y retrasar algunos de estos efectos.

Estas son algunas actividades que puedes recomendar a tu familiar o hacer con una persona con Parkinson:

  • Los ejercicios mentales no se encuentran solo en los acertijos o los problemas de matemáticas, sino que ya en nuestro día a día ejercitamos nuestra capacidad cognitiva para enfrentar situaciones cotidianas. Así, tareas como cocinar, conversar con una persona, realizar la compra o llevar la cuenta de los gastos del hogar, exigen una actividad mental activa.
     
  • Actividades en compañía como revisar álbumes de fotos, recordar canciones o anécdotas, son buenos ejercicios para mejorar las capacidades cognitivas de los pacientes.
     
  • Desde los pasatiempos de la prensa hasta los juegos de mesa, obligan a ejercitar “el músculo” cerebral. Así, juegos sencillos como sopas de letras, buscar las 7 diferencias hasta el dominó o el ajedrez, nos obligan a trabajar la atención o el cálculo mental, además de favorecer el contacto social. En ese sentido, es importante que el juego esté adaptado a las habilidades del paciente.
     
  • Relacionarnos con el mundo que nos rodea obliga a nuestro cerebro a estar despierto y activo. Ejercicios como dar paseos por la tarde, leer la prensa o escuchar la radio, son actividades fáciles al alcance de todos y que además son muy fáciles de incorporar en nuestra día a día como pequeñas rutinas.

 

Como decimos, no hay dos pacientes iguales, y en algunos casos será necesario recurrir a material específico para trabajar o mejorar alguna capacidad cognitiva concreta. De este modo, podemos acudir a nuestro médico o especialista para que valore y diseñe una tabla de ejercicios específicos para ayudarnos con este tipo de síntomas.

Más información en A3S

Redactado por:

Ana Gutiérrez Frutos

N.º. Col. M-33182. Psicóloga General Sanitaria

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