SALUD PULMONAR - 7 de diciembre de 2018
En esta época del año en la que muchos nos empezamos a plantear buenos propósitos para el año nuevo, cambiar nuestro estilo de vida por uno más saludable, comer mejor o apuntarnos al gimnasio, sin duda uno de los retos más comunes es dejar de fumar.
La mayoría empieza con entusiasmo el 1 de enero, pero según van pasando los días recaen, alegando cualquier excusa.
El tabaco mata cada año a más de 7 millones de personas de las cuales, aproximadamente 6 millones son consumidores directos y casi un millón son fumadores pasivos, así que, aunque estemos hartos de oír cifras sobre la malignidad del tabaco y eso no nos convenza para intentar dejarlo, al menos deberíamos pensar en los que nos rodean, ya que también les estamos perjudicando a ellos.
En mi caso dejé de fumar hace cuatro años, un mes de abril, aunque no recuerdo exactamente el día. Lo cierto es que dejé de fumar porque estaba en el paro y decidí que tenía que hacer un cambio muy relevante en mi vida para ver si así encontraba trabajo y de paso ganaba en salud. Una excusa como otra cualquiera, pero muy válida ya que me sirvió para dar el primer paso en la dura carrera contra el tabaquismo.
No fue un proceso fácil, la abstinencia me cambió el carácter, a peor, por supuesto y, sino que se lo digan a mis seres queridos. Mal humor y tristeza fueron los protagonistas durante varias semanas y es que algunos expertos aseguran que dejar de fumar puede hacer que caigas en depresión ya que dejas atrás un hábito que llevaba contigo muchos años y yo, os puedo asegurar que la sensación de añoranza es real y sucede.
Sin embargo, es ahí, al experimentar todas esas sensaciones, cuando te das cuenta de que el tabaco es una droga muy potente, que nos hace dependientes, adictos, nos cambia la forma de ser, de actuar y por supuesto nos acaba matando.
Cuando lo dejas eres consciente de su poder sobre ti. Los medios de comunicación nos inundan la cabeza con campañas de publicidad anunciando lo perjudicial y adictivo que es para la salud y, aun así, os aseguro que a mi personalmente me sorprendió mucho descubrir lo adicta que era cuando intenté dejar de serlo.
En mi próximo post os contaré cómo conseguí dejar de fumar y las consecuencias de ello…
Redactado por:
Cristina Lucerón