SALUD PULMONAR - 21 de diciembre de 2018
En mi anterior post comenzamos a hablar sobre intentar dejar de fumar y hoy os quiero contar mi propia experiencia.
Una vez tomé la decisión, acudí a mi médico de cabecera que me aconsejó tomar valeriana para controlar los picos de ansiedad y estrés derivados de la abstinencia, hasta un máximo de cinco pastillas al día Tengo que reconocer que yo no creía en la eficacia de estos calmantes, ya que en general, soy bastante nerviosa, pero me equivocaba, estas pastillitas fueron mi salvavidas en más de una ocasión.
Además, me descargué una APP de las muchas que existen para dejar de fumar, os lo recomiendo encarecidamente. Lo que a priori puede parecer una herramienta sin importancia me sirvió para ir conociendo mi evolución, motivarme, contar los cigarrillos que no fumaba y en definitiva rendirme cuentas a mi misma, por escrito, de que poco a poco lo estaba logrando.
También me ayudó bastante informar a todo el mundo de que había dejado de fumar. Es cierto que al final somos nosotros los que tenemos la última palabra sobre nuestros actos, pero es muy útil convertir a la gente que nos rodea en “policías” de nuestro propio reto ya que, aunque sea por no oírles, no vuelves a fumar.
Humor a parte, de nada sirve todo esto si no tenemos la absoluta convicción de que queremos dejarlo. Las excusas para recaer, porque discutes con tu jefe, porque recibes una mala noticia o porque tienes mucho estrés estarán siempre ahí, no desaparecerán y tendrás que aprender a afrontarlas tu solo.
Como todos sabéis cuando uno decide dejar de fumar lo primero que se plantea es cómo reaccionará cuando otros fumen a su lado, tomando el café en la oficina, de comida con amigos o esperando el autobús, yo también lo pensé, pero cuando estás seguro de que lo que estás haciendo es lo mejor para ti, el resto de las personas no importan.
Para mi lo más importante de toda esta experiencia fue cómo me iba sintiendo y cómo me siento ahora que puedo afirmar, con la cabeza bien alta, que soy ex fumadora.
Cuando lo consigues te sientes invencible, capaz de todo, con ganas de experimentar y asumir nuevos retos en tu vida, tienes más dinero, respiras mejor, tienes más resistencia y todo el mundo te felicita por haber superado una adicción tan fuerte, lo que supone una gran dosis de energía.
Hoy por hoy puedo asegurar que no volvería a fumar por nada del mundo. He conseguido llegar muy lejos por mi misma, con fuerza de voluntad, con gente maravillosa a mi alrededor y me siento tan orgullosa y tan fuerte que nada de lo que venga a mi vida me parecerá imposible de conseguir. Así que no lo pienses más, TÚ PUEDES.
Redactado por:
Cristina Lucerón