SALUD PULMONAR - 11 de agosto de 2020
Desde que llegaron hace unos años, el debate sobre si los cigarrillos electrónicos son una alternativa menos nociva al consumo de tabaco tradicional ha estado a la orden del día. Por ello, no son pocos los estudios científicos que se han elaborado al respecto para conocer cómo afectan estos dispositivos a nuestra salud. Una investigación de la Universidad de California ha concluido que los cigarrillos electrónicos aumentan de manera significativa el riesgo de que sus usuarios desarrollen enfermedades pulmonares crónicas como bronquitis, enfisema, asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Para llegar hasta esta conclusión, los investigadores tomaron como base un análisis de los datos de la Evaluación de población del tabaco y la salud (PATH), que monitoreó, en más de 32.000 adultos de Estados Unidos, los hábitos de consumo de tabaco y de cigarrillos electrónicos, y los nuevos casos de enfermedad pulmonar diagnosticados entre el año 2013 y 2016. Con estos datos, se inició una investigación cuyas conclusiones se acaban de conocer. Así, los autores pudieron observar que el patrón más común, entre aquellas personas que utilizan cigarrillos electrónicos, es el de alternar el uso de estos dispositivos con el consumo de tabaco tradicional y que este hábito tiene un riesgo aún mayor de desarrollar alguna afección pulmonar crónica que en los casos en los que se consume solamente uno de los dos productos.
A pesar de que no es el primer estudio que vincula el uso de cigarrillos electrónicos con el desarrollo de enfermedades pulmonares crónicas, hasta ahora no se había podido demostrar la relación causa-efecto que existe entre ellos.
Tal y como señala Stanton Glantz, autor principal de la investigación y profesor de la UCSF de medicina y director del Centro de Investigación y Educación para el Control del Tabaco de la UCSF, con este estudio descubrieron que, para aquellas personas usuarias de este tipo de dispositivo, “las probabilidades de desarrollar enfermedad pulmonar aumentaron en aproximadamente un tercio, incluso después de controlar su consumo de tabaco y su información clínica y demográfica".
Los resultados de este estudio, que comenzaba con el análisis de personas sin problemas pulmonares a los que se ha analizado durante tres años, reflejan que aquellas personas que utilizaban los cigarrillos electrónicos tenían 1,3 veces más probabilidades de desarrollar alguna enfermedad pulmonar crónica, mientras que los fumadores de tabaco tradicional vieron aumentado su riesgo a un factor de 2,6. El problema llega en aquellos casos en los que se combinan ambas modalidades, puesto que se multiplican los riesgos de una y otra opción.
"Los usuarios duales, el patrón de uso más común entre las personas que usan cigarrillos electrónicos, tienen el riesgo combinado de cigarrillos electrónicos y cigarrillos convencionales, por lo que en realidad están peor que los fumadores de tabaco", explica el autor principal del estudio.
Es cierto que Glantz y su equipo constataron que cambiar el hábito de fumar tabaco tradicional por el de utilizar cigarrillos electrónicos redujo el riesgo de desarrollar una enfermedad pulmonar, sin embargo, menos del 1% de los fumadores han cambiado por completo a esa segunda opción. Por ello, el profesor de la UCSF alerta de que "cambiar de cigarrillos convencionales a cigarrillos electrónicos exclusivamente podría reducir el riesgo de enfermedad pulmonar, pero la mayoría de los fumadores, simplemente agregan cigarrillos electrónicos y se convierten en usuarios duales, lo que aumenta significativamente su riesgo de desarrollar enfermedad pulmonar por encima de quienes solo fuman tabaco". En definitiva, el cigarrillo electrónico, lejos de ser la solución, es también parte del problema.
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