SALUD PULMONAR - 10 de febrero de 2023
Después de años escondiendo paquetes de tabaco, discusiones con nuestra pareja y sermonear a nuestros amigos con la larga lista de prejuicios que tiene el tabaco, llega el esperado momento: esa persona ha decidido que es hora de dejar de fumar. En ese momento, estamos entusiasmados y queremos ayudar con todo lo que podamos, ¿por dónde empezar?
Dejar de fumar es cambiar de estilo de vida. Esto es una gran decisión y por tanto corresponde únicamente a la persona fumadora. Es decir, es una elección (y desafío) en la que solo podemos brindarle nuestra ayuda durante el camino, evitando estar demasiado encima o conductas controladoras. Estos son algunos consejos que puedes llevar a cabo.
Si somos fumadores, debemos evitar a toda costa encender cigarrillos delante de nuestro familiar o amigo, e incluso hablar de tabaco. También, puede ser un buen momento para predicar con el ejemplo e intentar dejar los dos el tabaco.
Evita conductas demasiado insistentes o controladoras. Exprésale que estás ahí para ayudarle si lo necesita y que puede recurrir a ti, pero no supervises sus acciones.
Durante este proceso, no podemos ser intransigentes o demasiado duros, al fin y al cabo, el tabaco es adictivo y dejar de fumar es un gran reto para la mente y para el cuerpo de la persona fumadora. Así, podemos informarnos sobre los síntomas que provoca la nicotina, como los cambios de ánimo o la irritabilidad, para evitar tomárnoslo de forma personal y ayudarle cuando lo necesite.
Esta parte es muy importante. Ante todo, no debemos juzgar las recaídas en los cigarrillos ni hacer que la persona fumadora se sienta culpable. La mayoría de los fumadores no logran dejar el tabaco en el primer intento, pero si continúan con el empeño estarán cada vez más cerca de conseguirlo.
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Redactado por:
Ana Gutiérrez Frutos
N.º. Col. M-33182. Psicóloga General Sanitaria