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Psoriasis y vitíligo, dos enfermedades crónicas para las que existen tratamientos

SALUD DE LA PIEL - 16 de agosto de 2018

La psoriasis y el vitíligo son dos patologías dermatológicas crónicas para las que, de momento, no existe curación, pero sí tratamiento. Las manifestaciones clínicas de ambas enfermedades suelen ser muy visibles y, además de generar incomodidad física en los pacientes, pueden afectarles también psicológicamente. En los últimos años, han proliferado, sin embargo, distintas terapias eficaces para el tratamiento de la sintomatología. En este artículo, te explicamos cómo diferenciar vitíligo y psoriasis y cómo tratarlas.

El vitíligo es una enfermedad autoinmune por la que nuestro propio organismo genera anticuerpos que atacan a los melanocitos, las células responsables de la producción de melanina. Esta reacción provoca una pérdida de pigmento en la piel de quienes la sufren, y da lugar a la aparición de manchas blancas de distribución simétrica en cualquier parte del cuerpo, sobre todo, en cara, labios, manos, brazos, piernas y genitales. Las estimaciones de prevalencia apuntan que el vitíligo afecta a un 1% de la población general y, aunque puede aparecer en cualquier momento de nuestras vidas, suele manifestarse en la mitad de los casos antes de los 20 años.

La psoriasis comparte con el vitíligo su calificación de enfermedad crónica, sin curación y de carácter autoinmune. Como en el caso del vitíligo, se produce cuando nuestro sistema inmune lucha por error contra células sanas de nuestra piel. Esta reacción causa placas escamosas engrosadas e inflamadas, con una amplia variación clínica y evolutiva. Puede afectar a cualquier parte del cuerpo, pero es más habitual en zonas como rodillas, codos, cuero cabelludo, abdomen, espalda y también las uñas. La prevalencia de la psoriasis es algo mayor que la del vitíligo y se estima en torno al 2.3%.

Ambas patologías cuentan con tratamientos que no curan la enfermedad, pero sí mejoran los síntomas y disminuyen la afectación social y psicológica entre los pacientes. En el tratamiento del vitíligo, se pueden combinar terapias tópicas y luz pulsada, lo que permite repigmentar la piel de forma progresiva. Para la psoriasis, el abanico terapéutico es más amplio. Pueden emplearse tratamientos tópicos, inmunológicos, farmacológicos y también fototerapia que consiguen disminuir la inflamación de las placas.

En definitiva, vivir con vitíligo o psoriasis no es sencillo porque nuestra piel es nuestra tarjeta de presentación, lo primero que ven de nosotros los demás. Sin embargo, en los últimos años, los avances médicos han permitido mejorar de forma notable la sintomatología de ambas enfermedades. Consulta con tu dermatólogo para que te paute el tratamiento que mejor se adapte a tus necesidades.

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