Cómo disfrutar del sol y broncearse con psoriasis

SALUD DE LA PIEL - 28 de mayo de 2023

La psoriasis es una enfermedad crónica inflamatoria del sistema inmune que afecta en mayor medida a la piel, las uñas y las articulaciones, y se presenta a través de brotes que pueden tener exacerbaciones y remisiones. La manifestación clínica más común es la aparición de lesiones gruesas en la piel de diferentes tamaños, con una tonalidad roja y recubiertas de escamas blanquecinas de distinto grosor, como resultado de la acumulación de piel muerta. Además, puede causar picor e inflamación de las articulaciones, llegando a ser dolorosa e interferiendo en el desarrollo normal del día a día del paciente.

Actualmente, hay varios tratamientos para controlar los síntomas, por medio de nuevos hábitos en el estilo de vida y medicamentos. Además, los estudios demuestran que el 90% de los pacientes con psoriasis notan una mejora en el aspecto de sus lesiones cutáneas cuando toman el sol, debido a que los rayos UV ayudan a reducir la inflamación de la piel y a minimizar la aparición de placas. Sin embargo, se deben tomar medidas para exponerse al sol de manera gradual, dado que una quemadura solar puede provocar un brote de psoriasis o nuevas lesiones.

De cara al verano, estas son las 5 recomendaciones para broncearse saludablemente con psoriasis y sacar el máximo de provecho para disfrutar de todas las actividades:

Usar filtros solares para disminuir el riesgo de quemadura y obtener los beneficios del sol. De igual forma, se previene el envejecimiento cutáneo y el riesgo de padecer cáncer de piel. Los expertos recomiendan proteger en especial las zonas no afectadas por la psoriasis. Como complemento, es esencial tener a mano una sombrilla, sombrero, gafas de sol y ropa adecuada.
Evitar la exposición solar entre las 12:00 y las 16:00h, que son las horas de máxima radiación, buscando la sombra en espacios ventilados. Además, extremar las medidas de protección solar sin descuidar los días nublados, porque hasta el 80% de los rayos UV pueden atravesar la capa de nubes y llegar a la piel.
En caso de encontrarse en piscinas, es preferible hacer baños cortos y luego tomar una ducha rápida con agua tibia, puesto que la piel con psoriasis es muy sensible y el agua con cloro puede ser muy irritante. Por otro lado, en la playa, los baños en el mar deben ser de un máximo de 20 minutos y suelen aliviar los síntomas y ayudar a descamar las lesiones en combinación con la exposición moderada al sol. En ambos casos, luego de la exposición solar, se sugiere aplicar un gel hidratante con movimientos amplios y suaves para evitar que la piel se reseque.
Examinar regularmente la piel y estar atentos a síntomas como cambios en el color, tamaño o forma, además de picor o sangrado. De igual manera, los expertos recomiendan evitar el sol en los casos de pacientes con psoriasis inestables y en forma agresiva.
Por último, los hábitos de alimentación saludables son un excelente complemento para hidratar desde el interior, compensando la pérdida de agua y el estrés oxidativo provocado por el sol. Se aconseja incluir en la dieta el aguacate, la sandía, el pepino, la manzana, y alimentos ricos en omega-3, sin olvidar tomar agua regularmente.