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Pautas y consejos para la Psoriasis en verano. ¿Qué tener en cuenta?

SALUD DE LA PIEL - 5 de agosto de 2022

Cuando hablamos de psoriasis, los meses de verano pueden suponer el peor de los enemigos o el mejor de los aliados. Por un lado, se trata de una temporada en la que se acentúa al máximo la exposición de nuestro cuerpo. Por lo que para aquellas personas en las que la psoriasis brota con mayor gravedad y tienden a ocultar sus lesiones bajo la ropa, puede suponer todo un reto tanto a nivel emocional como social.

En contraposición, cada vez hay más estudios que confirman los beneficios de la exposición solar (siempre moderada y responsable) en las lesiones de esta enfermedad autoinmune. Así como los beneficios del agua salada del mar que alivia y facilita la cicatrización.

La psoriasis, como enfermedad crónica, presenta lesiones durante todo el año, pero sin duda los meses de verano son un periodo muy especial en el que dependerá de la persona y, más concretamente, de sus recursos de afrontamiento hacia la enfermedad, el poder convertir esta estación del año en un completo obstáculo para su bienestar o en un recurso más de asimilación y adaptación a la enfermedad.

Lo que sí es común a todos aquellos/as que la padecen es el reto que conlleva. Por ello, desde Conectando Pacientes, nos gustaría acompañar en esta etapa ofreciendo a través de este artículo ciertas claves que permitan sacar provecho de los beneficios del verano y reducir las dificultades. A continuación, algunas de las pautas más importantes a tener en cuenta:

 

1. El sol como principal aliado.

Habrás notado que después de cierta exposición al sol (volvemos a repetir, siempre moderada y responsable) mejoran notablemente los granitos o pequeñas lesiones que podamos tener en la piel. Lo mismo sucede con las placas propias de la psoriasis. Los estudios hablan de que más de un 90% de los pacientes notan una significativa mejoría sintomatológica durante los meses de verano.

Pero, ¿vale cualquier tipo de exposición solar? ¿Así a lo loco? Cuidado, porque ahí reside el punto clave. Los expertos hablan que para lograr los beneficios de la luz solar (sin arriesgarnos a consecuencias negativas a largo plazo) se recomienda:

  • Exponer las placas de psoriasis al sol durante máximo 1 o 2 horas para desinflamar y cicatrizar los tejidos.
  • Siempre alejándonos de las horas centrales del día. Cuidado con pasarnos ya que las quemaduras solares consiguen el efecto contrario, empeorar las lesiones psoriásicas.
  • Y siempre protegiendo con crema solar el resto de la piel.
  • Especial atención a si tomamos medicamentos que aumenten la sensibilidad de la piel al sol.

 

2. Aprovechando más cicatrizantes naturales, el agua de mar

Está demostrado que el agua de mar, con baños de al menos 20 minutos, alivia la psoriasis y descama ligeramente las lesiones. Es importante hidratar siempre la piel después.

 

3. Duchas tras los baños para evitar la irritación.

El cloro de la piscina (siempre que esté en las concentraciones reguladas legalmente) no supone un factor de riesgo para la psoriasis. Ahora bien, se recomienda una ducha tras el baño para eliminar restos.

 

4. Oportunidad para apagar uno de los principales “interruptores” de la enfermedad, el estrés.

En la psoriasis, el estrés y la ansiedad encabezan la lista de potenciales desencadenantes de los brotes, funcionando como auténticos “interruptores” ambientales de los síntomas. En verano, la bajada del ritmo frenético al que estamos acostumbrados ofrece una gran oportunidad para relajarnos y desconectar, lo que a menudo reporta un alivio para la psoriasis.

 

5. Trata de evitar un aumento en el consumo de alcohol o tabaco.

Durante los meses de verano, socialmente se dispara el consumo de alcohol y tabaco. Dado que es un factor al que se asocia un empeoramiento de la psoriasis, conviene evitar su consumo.

 

6. Un paso adelante hacia la aceptación de la enfermedad.

Por último, dejamos lo que es sin lugar a dudas, el punto más esencial y a la vez más complicado de todos. En invierno, la ropa permite cubrir aquellas zonas con las que podamos sentirnos menos cómodos, disimular perfectamente las áreas de la piel que puedan generar emociones como la vergüenza, la frustración o la tristeza. El verano impide completamente esta estrategia de evitación. Sitúa a la persona con psoriasis en un dilema, a la par que le ofrece la oportunidad de dar un paso adelante hacia la aceptación de la enfermedad. Una oportunidad hacia la visibilidad de la enfermedad en el entorno más cercano, normalizar el aspecto de la piel, validar qué emociones surgen en cada momento y permite la posibilidad de crear espacios seguros en los que no estar hipervigilantes a esconder el cuerpo.

 

Por todo lo expuesto, más allá de las barreras que puedan implicar estos meses, os animamos a resignificar este periodo como una oportunidad de mejorar en la adaptación y gestión de la enfermedad.

Más información en: https://www.alimentacion3s.com/nuestras-especialidades/

Redactado por:

Ana Gutiérrez Frutos

N.º. Col. M-33182. Psicóloga General Sanitaria

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