PÁRKINSON - 1 de noviembre de 2019
Acabar con los temblores del Parkinson ya es posible sin falta de acudir a una intervención quirúrgica. La aplicación de ultrasonidos de alta intensidad en un punto concreto del cerebro permite neutralizar de forma definitiva los característicos temblores de los pacientes de Parkinson. Así lo revela una investigación desarrollada por la Clínica Universidad de Navarra que acaba de ver la luz.
Esta nueva técnica aporta varias ventajas. Los ultrasonidos se aplican a través de una resonancia con el paciente inmovilizado pero despierto. El equipo médico puede interactuar así con el enfermo y evaluar su mejoría antes de finalizar el procedimiento que, en total, puede durar unas dos horas. Al acabar la técnica, el paciente ya no sufre temblores, aunque por razones de seguridad deberá permanecer ingresado una noche en la Unidad de Cuidados Intensivos. A las 24 horas, se le practicará otra resonancia magnética para obtener información sobre el volumen y la ubicación de la lesión y sus resultados.
Hasta ahora el procedimiento aplicado a estos pacientes consistía en una cirugía con anestesia total que permitía colocar electrodos en el cerebro y unas baterías subcutáneas y eliminar de este modo los movimientos involuntarios de todo el cuerpo.
La técnica desarrollada por la CUN tiene, de momento, algunas limitaciones dado que solo se puede aplicar para paliar los temblores de la mitad del cuerpo. Y decimos de momento, porque la buena noticia es que algunos hospitales internaciones que comenzaron antes a practicar esta nueva modalidad ya han conseguido eliminarlos de forma bilateral.
Esta nueva intervención sin cirugía aporta como beneficios que previene los riesgos de contraer alguna infección. Además. no es necesario acudir a revisiones postoperatorias, ni administrar fármacos o vigilar los elementos externos que se implantaban como las baterías.
Otro de los beneficios de esta nueva técnica, llamada subtalamotomía, es que se puede realizar en las personas mayores, que sufren en mayor medida esta enfermedad y sus síntomas y que pueden presentar más riesgos al pasar por quirófano. De hecho, los ultrasonidos están especialmente indicados en personas mayores porque, según los datos de la CUN, se estima que seis de cada mil personas mayores de 65 años padecen temblores. En muchas ocasiones, estos movimientos involuntarios resultan altamente incapacitantes para realizar actividades aparentemente tan sencillas como llevarse los cubiertos y vasos a la boca, atarse los botones de la ropa o los cordones de los zapatos.
Una ventaja extra de este nuevo procedimiento es que no suele presentar efectos secundarios. Se estima que aproximadamente un 10 por ciento de los pacientes que se someten a ultrasonidos pueden desarrollar con carácter transitorio disquinesia o movimientos no controlados. Con todo, en el caso de persistir, es posible corregir estos movimientos mediante un segundo procedimiento para acabar definitivamente con estos temblores.
De acuerdo con la Clínica Universidad de Navarra, esta técnica abre además nuevas posibilidades de intervención también para otras patologías cuya diana se encuentra en el cerebro. La epilepsia y algunas dolencias psiquiátricas que hoy en día se tratan con electrodos y una cirugía invasiva podrían llegar a beneficiarse de este nuevo procedimiento. ¡Ojalá sea pronto!
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