PÁRKINSON - 8 de enero de 2021
La enfermedad de Parkinson es una dolencia que se suele asociar a personas con edad avanzada porque, en la mayoría de los casos, se diagnostica cuando ya han superado los 60 años. Sin embargo, existe un 10% de casos que se detectan entre los 21 y los 50 años, un Parkinson de inicio joven, que podría tener su origen incluso antes de que el paciente nazca.
Un estudio del Centro Médico Cedars-Sinai de Los Ángeles ha revelado que las personas que desarrollan la enfermedad antes de los 50 podrían haber nacido con células cerebrales desordenadas y que ese desorden habría pasado inadvertido durante décadas.
La enfermedad de Parkinson tiene su origen en que las células encargadas de producir la dopamina, sustancia que ayuda a coordinar el movimiento, se empiezan a deteriorar o mueren provocando lentitud de movimiento, temblores, rigidez en los músculos y pérdida del equilibrio, síntomas que se van agravando con el paso del tiempo puesto que es una enfermedad neurodegenerativa. Además, en gran parte de los casos se desconoce la causa exacta que la provoca y, hoy por hoy, no se conoce ninguna cura.
Tal y como explica la directora del Programa de Trastornos del Movimiento, vicepresidenta y profesora del Departamento de Neurología en Cedars-Sinai, Michele Tagliati, "el Parkinson de inicio joven es especialmente desgarrador porque golpea a las personas en la flor de la vida. Esta nueva investigación brinda la esperanza de que algún día podamos detectar y tomar medidas tempranas para prevenir esta enfermedad en individuos en riesgo".
El estudio fue llevado a cabo con células madre especiales, que reciben el nombre de células madre pluripotentes inducidas (iPSC), producidas por los propios investigadores a raíz de células de pacientes en los que la enfermedad se había presentado de forma temprana. Con este proceso, consiguieron rejuvenecer las células sanguíneas adultas hasta llevarlas a un estado embrionario primitivo.
Como las células iPSC tienen la capacidad de producir cualquier tipo de célula del cuerpo humano genéticamente idénticas a las de cada paciente, el grupo de científicos estadounidense consiguió producir las neuronas de dopamina, que posteriormente cultivó en laboratorio y analizó las funciones de las neuronas.
Esta técnica les sirvió para observar “lo bien que podrían haber funcionado las neuronas de dopamina desde el comienzo de la vida de un paciente", apunta el director del Instituto de Medicina Regenerativa de la Junta de Gobernadores Cedars-Sinai y profesor de Ciencias Biomédicas y Medicina en el mismo centro médico, Clive Svendsen.
Con las células ya cultivadas, los investigadores vieron dos irregularidades clave en las neuronas productoras de la dopamina. En primer lugar, una acumulación de la proteína alfa-sinucleína, algo común en la mayoría de las formas de la patología. Y, en segundo lugar, encontraron lisosomas con un funcionamiento anómalo, que podría causar la acumulación de alfa-sinucleína.
Al parecer, las neuronas de la dopamina de los pacientes con un Parkinson prematuro “pueden continuar manejando mal la alfa-sinucleína durante un período de 20 o 30 años, causando la aparición de síntomas de Parkinson", como concluye el profesor Svendsen.
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