MIGRAÑA - 28 de octubre de 2023
Las migrañas van más allá de un dolor de cabeza, se trata de un trastorno neurológico de naturaleza compleja que afecta a millones de personas. Quienes las padecen experimentan un dolor caracterizado por su intensidad en forma pulsátil que, a su vez, puede acompañarse de otros síntomas asociados como la sensibilidad a la luz y al sonido o las náuseas.
A pesar de que las investigaciones no han esclarecido con exactitud el origen y causa de este trastorno, existen diferentes estudios que señalan la importancia de los patrones de pensamiento en las migrañas. Concretamente, cómo el diálogo interno (entendido como los pensamientos que nos decimos a nosotros/as mismos) juegan un papel crucial en la percepción y experiencia del dolor.
Pero, ¿a qué nos referimos con “diálogo interno”?
Nuestro diálogo interno hace referencia a la forma que tenemos de hablarnos a nosotros/as mismos a través de los pensamientos que tenemos acerca de nosotros, los demás o el mundo que nos rodea.
En lo referente a las migrañas, este diálogo interno puede funcionar como un modulador de la experiencia del dolor, es decir, puede funcionar como un amplificador de este o como un atenuador, regulando así la manera en la que hacemos frente a este trastorno.
Pongamos como ejemplo a una persona que tras percibir los primeros signos de migraña se dice a sí misma “voy a volver a estar tres días en cama”, “no voy a poder soportarlo más”, frente a otra que al percibir estas mismas señales se dice “cada día lo pillo más rápido, voy a cogerlo a tiempo y a cuidarme para que no vaya a más”, “ya sé lo que tengo que hacer y cómo puedo mejorar”.
Desde luego, en ninguno de los casos la experiencia será agradable. El dolor estará en ambos casos, sin embargo, la sensación de descontrol, impotencia, frustración y angustia se añadirá a este dolor con el primer tipo de diálogo interno.
De este modo, existen una serie de patrones de pensamiento “negativos” que podrían funcionar como altavoz del dolor. Algunas de las características más frecuentes de estos pensamientos y que te van a permitir identificarlos son:
Este lenguaje interno en términos extremos y desesperanzadores añaden aparte del dolor un impacto emocional más profundo del mismo, aumentando la ansiedad y el sufrimiento emocional.
En contraposición, un diálogo interno positivo que silencie o atenúe se basa en características como:
Como conclusión, el poder de las palabras es innegable. No podemos cambiar nuestra condición pero sí cómo se hace frente a la misma. En ese sentido, un diálogo interno positivo y compasivo cambia nuestra experiencia, ayuda a lidiar con el dolor y a mantener la resiliencia frente a esta condición neurológica tan desafiante.
Redactado por:
Ana Gutiérrez Frutos
N.º. Col. M-33182. Psicóloga General Sanitaria