Hipertensión, mucho más que estrés

Aumento de la presión arterial, respiración y ritmo cardiaco acelerados, tensión muscular… Es relativamente sencillo reconocer los síntomas que indican que estás ante un cuadro de hipertensión y que por lo tanto necesitas relajación y reposo. Sin embargo, no te será igual de fácil saber cuál es el origen de tu estado. Habitualmente lo achacamos al estrés asociado al trabajo o al ajetreo de la vida cotidiana, pero debes tener presente que otros factores desempeñan un papel fundamental.

Aunque todavía no se conocen sus causas específicas, en términos generales podemos afirmar que el nivel de presión de nuestras arterias es el resultado del estilo de vida que practicamos. Así, por ejemplo, existe una relación directa entre sobrepeso e hipertensión arterial. A media que aumentamos nuestro peso, la presión arterial aumenta, siendo el efecto más notorio en aquellas personas menores de 40 años y en las mujeres. Por otra parte, la reducción de peso contribuye a disminuir esa presión.

La herencia genética constituye otra de las principales causas de la hipertensión. Se transmite de de padres a hijos y multiplica por dos las posibilidades de desarrollarla frente a aquellas otras personas cuyos progenitores no padecieron esta afección. Quienes por causas hereditarias son más proclives a ser hipertensos deben medirse la presión arterial al menos una vez al año (a ser posible con mayor frecuencia) y prestar especial atención al consumo excesivo de ciertos alimentos, ya que la ingesta abusiva de productos como la sal o el alcohol incrementa la presión arterial.

La necesidad de practicar estas recomendaciones nos indica que ante la hipertensión no somos sujetos pasivos; podemos actuar para esquivar su impacto o reducirlo. Ello contribuiría a reducir una cuarta parte de los fallecimientos totales ocurridos en España entre personas de 35 y 64 años, y que suelen relacionarse con la hipertensión arterial, según datos del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria.

Por ello, y en la medida de lo posible, es nuestra responsabilidad cuidar la alimentación y fomentar hábitos de vida saludables que nos ayuden a mantener a raya la hipertensión. ¡Anímate a cuidarte!