¿Qué es la epilepsia gelástica? Conoce sus síntomas, causas y tratamiento

Probablemente sea el tipo de epilepsia más desconocido, pero desde hace unas semanas se ha convertido en uno de los más comentados. La razón está en la película Joker, en la que el actor Joaquin Phoenix encarna al protagonista de la trama, Arthur Fleck, enfermo de epilepsia gelástica.

Durante el filme, se aprecia como el personaje tiene los principales síntomas de esta tipología de la enfermedad, sufriendo varios episodios de risa repentina, estridente e involuntaria, algo que le ocasiona problemas a la hora de comunicarse y relacionarse con el resto de la sociedad. La risa es tan característica en este tipo de epilepsia que por eso recibe el nombre de gelástica, del griego gelastikos, que significa risa.

Aunque la propia risa en sí es de lo más común en las personas, la epilepsia gelástica es una tipología muy rara. Solamente 1 o 2 de cada 1000 niños la padecen, siendo, eso sí, más común en niños que en niñas.

Las convulsiones en este tipo de epilepsia pueden empezar a manifestarse a cualquier edad, pero normalmente lo hacen a una edad temprana, a los 3 o 4 años. Estas convulsiones se manifiestan con una risa estridente, muy desagradable y generalmente en situaciones fuera de lugar, en un intervalo de entre 30 y 45 segundos y se detienen repentinamente. Esta risa puede ser seguida por gestos anormales que, según la crisis, pueden ser más repetidos o no. Estos signos pueden ser desde movimientos hacia un lado y otro de los ojos y la cabeza y automatismos (como chasquear los labios, murmurar o mover las manos), hasta alteraciones de la conciencia o la falta de respuesta a las personas que los rodean. Pueden durar unos segundos e, incluso, varios minutos hasta que se detienen de manera repentina.

Para facilitar un diagnóstico rápido, es importante realizar un historial detallado en el que se describa cómo son las convulsiones que sufre el niño, dado que estos episodios se pueden confundir con trastornos del comportamiento o emocionales, incluso en niños con dificultades de atención o características del trastorno del espectro autista. Por ello, es vital realizar un electroencefalograma, además de otras pruebas médicas, para detectar cualquier anomalía e ir descartando otras patologías que puedan dar lugar un diagnóstico erróneo.

A pesar de que se pueda desarrollar por diferentes motivos, el más común es por la aparición de un tumor en el hipotálamo, que puede ser de dos tipos: un hamartoma o un astrocitoma. El primero de ellos es una formación benigna compuesta por una mezcla anormal de células y tejidos que normalmente se encuentra en el área del cuerpo donde ocurre el crecimiento. Mientras que un astrocitoma es un tumor del sistema nervioso que crece a partir de los astrocitos, un tipo de célula glial, las que sirven de soporte al sistema nervioso.

Además, en los casos de epilepsia gelástica por un hamartoma hipotalámico en niños son mayores, es posible que tengan problemas de aprendizaje y comportamiento que tienden a empeorar durante la adolescencia.

Las opciones para el tratamiento de esta patología son diversas. Por un lado, existen múltiples fármacos que son efectivos para tratar las convulsiones focales, pero no existe ninguno capaz de detener todas las convulsiones. Por otro, está la opción de la intervención quirúrgica y, por último, la radioterapia, pero esta vía se suele tomar en casos más raros, siempre y cuando sea provocada por un tumor en el hipotálamo.