Los cambios hormonales que ocurren durante la adolescencia pueden ser el detonante de crisis epilépticas. La aparición de esta patología en esta etapa de la vida es, pese a todo, muy poco frecuente. Se estima que puede afectar a cerca del 1,5% de la población entre los 12 y los 18 años. Acudir al neurólogo ante el primer síntoma de epilepsia es el primer paso para controlar la enfermedad. Nosotros te ofrecemos además algunas recomendaciones.
El tratamiento farmacológico de la epilepsia durante la adolescencia ofrece buenos resultados. Los medicamentos ayudan a controlar los síntomas y a mantener la enfermedad a raya. Más allá de los fármacos, hay otras cosas que podemos hacer:
- Refuerza su autoestima. Los chicos jóvenes viven con preocupación la enfermedad, por lo que puedan pensar sus amigos o compañeros de clase. Si eres padre de un adolescente con epilepsia, está bien que le des información, pero también que no lo sobreprotejas. Un joven con epilepsia puede hacer una vida normal.
- No le prohíbas realizar actividades. Si tu hijo vive su enfermedad como una obligación a limitar su capacidad de actuación, muy probablemente la encarará peor.
- Dale toda la información que requiera. El adolescente necesita saber qué le pasa. Si sabe que con la medicación adecuada las posibilidades de sufrir una crisis se reducen significativamente, se hará mucho más responsable de su medicación.
- Acostúmbrale a dormir las horas necesarias. Estar descansado reduce los síntomas.
- Tu hijo podrá hacer prácticamente de todo, pero procura que no realice deportes de riesgo como el submarinismo o el parapente.
- Si reduce o prescinde del alcohol, también decrecerá la posibilidad de una crisis.
- Recomiéndale que no mire directamente a las luces estroboscópicas de algunas fiestas para aminorar los riesgos.
Una medicación bien pautada y estos sencillos consejos bastarán para que tu hijo adolescente se integre perfectamente con sus compañeros y pueda disfrutar de una vida totalmente normal. Ya son muchos los que lo han conseguido.