Tipos de esclerosis múltiple

Todavía no se conoce bien qué la causa ni cuál será la evolución de la Esclerosis Múltiple. Los pacientes con esclerosis múltiple pueden mantenerse más o menos estables a lo largo de los años o desarrollar un empeoramiento progresivo con la edad. Entre las muchas cosas que todavía no se saben de la enfermedad se encuentra el no saber cómo avanzará. Te invitamos a que conozcas un poco más de los distintos tipos de Esclerosis Múltiple de la mano de la Fundación de Esclerosis Múltiple.
 

Esclerosis Múltiple Remitente-Recurrente

Es el más frecuente y, afortunadamente, la más leve. Se caracteriza por la aparición de brotes que pueden durar desde días hasta semanas o meses. Estos brotes difieren entre sí en función de la zona del sistema nervioso afectada. La buena noticia de esta forma de presentación de la enfermedad es que los síntomas revierten cuando pasan los brotes.

Esclerosis Múltiple Primaria Progresiva

Según la Fundación de Esclerosis Múltiple, en torno a un 12% de los pacientes responden a este tipo de perfil de la enfermedad. Quienes sufren esclerosis múltiple primaria progresiva tienen, sobre todo, problemas relacionados con la capacidad de caminar o con la fuerza motora.

Esclerosis Múltiple Secundaria Progresiva

Las estimaciones médicas apuntan que uno de cada cuatro pacientes con esclerosis múltiple remitente-recurrente sufre a lo largo de los años cierto empeoramiento en sus condiciones de salud.

Esclerosis Múltiple Progresiva Recurrente

Es la más grave, pero también la menos frecuente. Supone el 3% de los casos totales. Quienes la padecen experimentan un empeoramiento progresivo con los años, aunque pueden también manifestar una ligera recuperación después de cada brote.
 

Si acabas de ser diagnosticado con esclerosis múltiple o tienes un familiar que la padece seguro que sabes ya que los síntomas de esta patología pueden ser más o menos leves y más o menos recurrentes. Nuestra recomendación es que confíes en tus profesionales sanitarios y mantengas una actitud positiva. La enfermedad forma parte de tu vida, pero no es el centro de tu vida.