ESCLEROSIS MÚLTIPLE - 26 de mayo de 2021
Uno de los mayores temores de los pacientes que padecen esclerosis múltiple es que los síntomas de la enfermedad se agraven y comiencen a acarrear efectos degenerativos sobre funciones principales del organismo. Este riesgo conlleva una reducción de la calidad de vida de los pacientes, así como un mayor gasto sociosanitario.
Recientemente, una investigación revela que una bacteria intestinal, que se usa comúnmente en probióticos, puede aumentar la gravedad de la esclerosis múltiple. El estudio ha sido desarrollado por investigadores de la Universidad de Vermont y, en él, han descubierto como la bacteria Lactobacilus reuteri agrava la esclerosis múltiple en ratones genéticamente modificados con predisposición al modelo animal de la enfermedad.
A la hora de estudiar las enfermedades crónicas, los científicos han llegado a la conclusión de que el estado del microbioma intestinal en personas que padecen este tipo de enfermedades está afectado. Esto plantea la posibilidad de restructurar este equilibrio para tratar o evitar este tipo de enfermedades. En el caso de las personas con esclerosis múltiple, su flora intestinal está dañada, lo que deriva en que los microorganismos que la componen promuevan procesos de activación inflamatoria.
Este tipo de estudios recientes ha propiciado la popularidad de los productos probióticos, que según la OMS son “microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un efecto beneficioso para la salud del sujeto que lo recibe”. Estos microorganismos se utilizan para restaurar el microbioma intestinal, que popularmente conocemos como flora intestinal.
Lo que hicieron los investigadores de la Universidad de Vermont en el estudio con ratones genéticamente modificados fue modular sus microbiomas intestinales. Estos modelos animales se encontraban con alta y baja susceptibilidad a encefalomielitis autoinmune experimental (modelo animal de la EM). Tras esto, aislaron diferentes tipos de bacterias para ver qué características de los microbiomas tenían más relación con la esclerosis múltiple y los transfirieron a ratones sanos.
Como resultado de este proceso, identificaron a la bacteria “Lactobacilus Reuteri” como responsable de dicha susceptibilidad. Esta bacteria reside en el cuerpo humano y también es un probiótico de uso común. A través de las investigaciones se puede observar las reacciones de los microorganismos y cómo unos pueden resultar “buenos” y otros “malos” dependiendo del tipo de enfermedad o predisposición genética.
Las investigaciones acerca de la microbiota y su relación con enfermedades que se llevan realizando durante los últimos años subrayan la importancia que tiene la flora intestinal en nuestro organismo. Tal es la importancia que, para algunos científicos, podríamos considerarla como otro órgano debido a su implicación en numerosos procesos biológicos.
Noticias como esta aportan esperanza a los pacientes y sus familias que ven como poco a poco se va avanzando más en el conocimiento de la enfermedad y que en un futuro será posible una mejoría en la calidad de vida de los pacientes.
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