La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad degenerativa, crónica e inmunomediada que afecta al sistema nervioso. Esto se traduce en que el sistema inmunológico ataca por error algunas de las partes vitales del cuerpo.
Según datos de Esclerosis Múltiple España, 55.000 personas se ven afectadas en nuestro país por esta patología que, a día de hoy, no tiene cura conocida, aunque sí que hay tratamientos para frenar y controlar su avance.
Como ocurre en la gran mayoría de las enfermedades, el diagnóstico precoz de la esclerosis múltiple es muy importante para que los pacientes puedan tener cuanto antes una terapia con la que puedan tener una mejor calidad de vida. Por ello, a continuación, os contamos las 10 señales que indican que la enfermedad está empezando a hacer acto de presencia.
- Entumecimiento y hormigueo en las extremidades: la médula espinal y los nervios del cerebro son los órganos en los que la esclerosis múltiple centra su acción. Esto se traduce en hormigueos, cuando se transmiten señales contradictorias, y en entumecimiento de las zonas en las que directamente no se envían. Las zonas que se ven más afectadas por estos síntomas son las extremidades: piernas, brazos y dedos, así como la cara.
- Espasmos y dolor crónico: más de la mitad de los pacientes con EM tienen que convivir con el dolor de manera crónica. Muchos de ellos vienen provocados por la rigidez que experimentan en los músculos y en las articulaciones, y por los espasmos, incontrolables y dolorosos, de las extremidades. Son muy frecuentes en las piernas, aunque los dolores de espalda son también comunes en las personas con EM.
- Problemas de visión: el óptico es uno de los nervios que también se ven afectados por la inflamación que la esclerosis múltiple provoca. Esto puede provocar problemas, tales como, la visión borrosa, ver doble o directamente perder visión. Si bien es cierto que estos problemas no aparecen de un día para otro, ya que degeneración suele producirse lentamente, es importante tenerlo en cuenta a la hora de buscar su origen. El dolor de ojos al mirar hacia arriba o hacia algún lado suele acompañar a los problemas de visión derivados de la EM.
- Mareos y problemas de equilibrio: en muchas ocasiones, las personas con EM ven limitada su movilidad por los problemas de coordinación y de equilibrio que experimentan. También es muy frecuente que se encuentren mareadas y que padezcan vértigos (sensación de que gira todo a su alrededor).
- Disfunción sexual: la vida sexual también se puede ver afectada. La excitación comienza en el sistema nervioso central, donde la esclerosis múltiple produce el daño.
- Sensación de debilidad y fatiga: en torno al 80% de las personas sienten fatiga y debilidad durante las primeras etapas de la enfermedad. La fatiga crónica aparece de manera repentina y tarda varias semanas en mejorar, mientras que la debilidad se hace notar más en las piernas al principio.
- Cambios emocionales: las personas que padecen EM tienen una salud emocional inestable en su mayoría. La depresión es un trastorno muy común y los episodios de llanto y risa incontrolables, junto con la irritabilidad, son bastante frecuentes.
- Disfunción de intestino y vejiga: hasta el 80% de los pacientes de EM se ven afectados por la incapacidad para retener la orina y la micción. El estreñimiento, la diarrea y la pérdida del control intestinal, aunque es menos común, también es un síntoma de la enfermedad.
- Problemas cognitivos: los problemas de memoria, la falta de atención, la dificultad de mantenerse orientados y los problemas de lenguaje afectan aproximadamente a la mitad de los pacientes.
- Otros síntomas comunes: además de los ya citados, otros síntomas habituales pueden ser la pérdida de audición, la dificultad al tragar, las convulsiones, el habla atrasada, los problemas respiratorios y los temblores incontrolables.