CÁNCER DE COLON - 16 de diciembre de 2022
En general, el cáncer colorrectal no muestra síntomas hasta que se encuentra en un estadio muy avanzado, y se ha demostrado que el número de nuevos casos está aumentando en personas cada vez más jóvenes. La tasa de supervivencia global ha aumentado considerablemente debido a los avances en el desarrollo de métodos de diagnóstico y detección; además, también ha contribuido el hecho de que las personas recurren a los exámenes de manera precoz. También, los avances en oncología muestran que la quimioterapia ayuda en estos casos, así como la resección quirúrgica del tumor, otra opción de tratamiento.
En los últimos años, las técnicas quirúrgicas para el tratamiento de cáncer de colon han mejorado notoriamente, cómo es la cirugía laparoscópica, que destaca como mejora en lo que se refiere a la radicalidad de la resección y en los resultados a largo plazo. Inicialmente, las técnicas laparoscópicas se usaban en el tratamiento de cálculos en la vesícula biliar, y posteriormente en otras enfermedades que afectaban la cavidad abdominal. Después de muchos avances tecnológicos, la laparoscopia se estableció como una opción estandarizada que se puede utilizar de manera segura en patologías de mayor complejidad como es el cáncer colorrectal.
La laparoscopia es una técnica mínimamente invasiva que consiste en realizar unas pequeñas incisiones en el abdomen, que normalmente no tienen más de 1 centímetro de largo. A través de estas incisiones, se introduce un tubo con la cámara y los instrumentos quirúrgicos. Los avances tecnológicos permiten que se vean mejores imágenes: el cirujano obtiene una mejor visualización con una imagen en tiempo real en tres dimensiones y alta definición, por lo que se garantiza un mejor resultado en las intervenciones.
Otra de las principales ventajas que hacen que esta técnica sea muy segura es el hecho de que evita grandes procedimientos quirúrgicos que requieren una incisión de mayor tamaño en la pared abdominal y ello pueden generar secuelas negativas para el paciente. La mínima invasión quirúrgica que supone la técnica de laparoscopia implica una respuesta inmunológica e inflamatoria favorable en el paciente tratado. Además, la laparoscopia permite al cirujano un procedimiento más minucioso respetando los tejidos del paciente.
La laparoscopia tiene tres ventajas significativas para el paciente que suponen un impacto positivo en su calidad de vida, como son:
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