ESCLEROSIS LATERAL - 23 de diciembre de 2020
La esclerosis lateral amiotrófica es una enfermedad que generalmente se manifiesta cuando la persona tiene entre 50 y 60 años, sin embargo, un grupo de científicos del Hospital Mount Sinai de Nueva York han encontrado una serie de biomarcadores que determinan que la enfermedad podría estar presente décadas antes.
Según el trabajo que han publicado en la revista científica Annals of Clinical and Translational Neurology, la clave reside en los anillos de crecimiento que se forman a diario en los dientes. Al hacer un escáner de los mismos, los autores observaron que, en los anillos de crecimiento formados al nacer y en los primeros 10 años de vida, los pacientes con ELA metabolizaron metales de forma distinta a cómo lo habían hecho pacientes sin la enfermedad en ese mismo periodo de tiempo.
Sin duda, se trata de un hito de la investigación en esta patología, de la que no se conoce su causa ni existen pruebas que puedan predecir su aparición. Hasta la fecha, se han llevado a cabo numerosos estudios genéticos que no han revelado demasiada información y, aunque los expertos creen que los factores ambientales juegan un papel importante en el desarrollo de la enfermedad, no se ha podido demostrar.
Tal y como asegura Manish Arora, autor principal de la investigación y vicepresidente de Medicina Ambiental y Salud Pública en la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, “este es el primer estudio que muestra una firma clara al nacer y dentro de la primera década de la vida, mucho antes de cualquier signo clínico o síntoma de la enfermedad”.
El grupo de científicos estadounidense observó en los escáneres realizados una absorción irregular de una mezcla de elementos esenciales, como zinc y cobre, además de toxinas, como plomo y estaño, en 36 pacientes con ELA en comparación con 31 modelos de control.
Esta absorción irregular también estaba presente en los dientes de un modelo de ratón con ELA que, además, mostró irregularidades en la distribución de los metales en el cerebro.
“Nuestro trabajo anterior mostró que la desregulación del metabolismo elemental en la vida temprana se asoció con la aparición de enfermedades neurológicas como el autismo y el TDAH. Este estudio muestra que la desregulación metabólica también se asocia con afecciones neurológicas con un retraso mucho mayor al inicio de los síntomas”, explica la también autora del estudio y profesora asistente de Medicina Ambiental y Salud Pública de la Facultad de Medicina de Icahn en Mount Sinai, Christine Austin.
Por el momento, solamente se trata del primer paso que abre una importante vía de investigación sobre la enfermedad, pero los autores se muestran esperanzados en que “conduzca a estrategias preventivas” y pueda llevar a opciones terapéuticas realmente efectivas.
“Lo emocionante de este trabajo es que estamos buscando vías biológicas que podríamos modificar potencialmente con el desarrollo de fármacos”, concluye el profesor Arora.
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