DIABETES - 16 de abril de 2021
La diabetes tipo 2 es una forma de diabetes que se caracteriza por un alto nivel de azúcar en la sangre, resistencia a la insulina y una relativa falta de insulina.
En el intestino se encuentran miles de microbios diferentes de los que, todavía hoy, se desconocen muchos. Esta población influye directamente en la salud de las personas, tanto en su estado general, como en el desarrollo de patologías o afecciones.
Un nuevo estudio de la Universidad Técnica de Múnich ha demostrado que las personas con diabetes tipo 2 tienen menos fluctuaciones diarias en sus bacterias intestinales. Esto demuestra que la diabetes se asocia con los cambios en los ritmos diarios del microbioma, más conocido como el “reloj” del ser humano, lo que significaría un gran avance en el diagnóstico de esta patología.
El estudio publicado en la revista científíca CellHost and Microbe ha basado su investigación en la relación ya conocida entre el reloj circadiano y la fisiología humana. Sin embargo, este nuevo estudio demuestra, además, que la microbioma juega un papel muy importante en el desarrollo de este tipo de patologías.
Los investigadores analizaron los microbiomas (la comunidad de bacterias, virus y hongos de nuestro organismo) de casi 2.000 personas durante 24 horas. Posteriormente, centraron el estudio en personas con trastornos metabólicos, obesidad, prediabetes o diabetes tipo 2 descubriendo, que las personas con estas patologías perdían los patrones rítmicos de sus bacterias intestinales.
Después de realizar este descubrimiento, el equipo de expertos probó el modelo matemático en un nuevo grupo de casi 700 personas, la prueba era muy simple, si los microorganismos permanecían estáticos estaban ante un caso de diabetes, en cambio si las bacterias sufrían alguna modificación, esto indicaba que la persona no padecía la enfermedad. Los investigadores fueron capaces de predecir quiénes estaban diagnosticados con diabetes tipo 2 y también quiénes estaban en riesgo de desarrollarla en el futuro.
Los expertos señalan que la microbiota actúa como una barrera natural que impide el desarrollo de patologías gastrointestinales. Este nuevo avance en la investigación podría contribuir a conocer su potencial como medio terapéutico para tratar la diabetes y por supuesto, para su diagnóstico precoz.
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