COLESTEROL - 26 de febrero de 2019
La hipercolesterolemia y los trastornos cardiovasculares asociados a ella se han convertido en uno de los problemas de salud pública más importantes de este siglo XXI. La enfermedad está siendo objeto de numerosas investigaciones que buscan una solución para una dolencia que afecta, solo en España, a uno de cada dos adultos. El último avance científico lleva el sello de Australia. Un grupo de científicos ha descubierto una proteína responsable del transporte del colesterol en las células que puede ayudar a mejorar no solo los tratamientos para elevar el llamado colesterol bueno, sino también los del cáncer.
Esta proteína que trabaja en la transferencia de lípidos se denomina ORP2, y se encarga de recoger el colesterol de los compartimentos internos de una célula y enviarlos a la membrana de su superficie, donde se utiliza como material para otorgarle tanto fuerza como elasticidad, según informan los científicos de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia). “Conocer las moléculas que llevan el colesterol a la membrana plasmática es en sí un gran paso. El transporte del colesterol a la membrana plasmática es la clave para la generación de HDL o colesterol bueno”, comenta el científico líder de esta investigación, Rob Yang. Este investigador también destaca que la proteína ORP2 puede aumentar la cantidad de colesterol que deja la célula, un proceso que se denomina flujo de colesterol, y que puede ser un elemento clave para desarrollar medicamentos para elevar el colesterol bueno. Y es que, según este estudio, hasta un 90% del colesterol de una célula se encuentra en su membrana plasmática, que es donde se produce el HDL o colesterol bueno.
Hasta ahora, las personas que sufren de hipercolesterolemia son tratadas con unos fármacos denominados estatinas, que persiguen inhibir la acumulación en el hígado del LDL o colesterol malo, y mitigar así la aparición de distintas enfermedades coronarias y también las hemiplejias.
El problema de las estatinas es que consiguen reducir los niveles de colesterol malo, pero no son eficaces par elevar el bueno. Es precisamente aquí donde adquiere importancia la nueva proteína hallada por este equipo australiano. Los autores indican que la identificación de esta proteína que transporta el colesterol puede ayudar a desarrollar también tratamientos para aumentar el colesterol bueno o mejorar a su vez la eficiencia de este proceso. Recalcan, sin embargo, que los medicamentos que puedan implementarse no sustituirán a las estatinas, sino, en todo caso, a complementarlas.
Los investigadores destacan también que la nueva proteína puede desempeñar un papel importante en los tratamientos contra el cáncer. El estudio revela que el descontrolado crecimiento de las células vinculado a los procesos oncológicos disminuye al reducir la cantidad de colesterol producido.
Por todo ello, los investigadores australianos piensan que, a largo plazo, podrían mejorar los tratamientos de las enfermedades que más fallecidos causan en Europa: las patologías cardiovasculares y los tumores. Deseamos que los resultados lleguen pronto.
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