COLESTEROL - 14 de marzo de 2021
Si hay un alimento estrella en la gastronomía española y en la dieta mediterránea, ese es la aceituna. Como aperitivo, como guarnición, como aderezo y, sobre todo, convertida en aceite, la aceituna es un elemento indispensable en nuestras comidas, no solo por su sabor, sino por sus propiedades y beneficios para la salud.
En un análisis sobre este alimento, la Fundación Española de la Nutrición (FEN) valora muy positivamente las aceitunas por su elevado contenido en grasas monoinsaturadas, un tipo de grasa considerado como elemento básico para el correcto funcionamiento del organismo.
Más concretamente, el elemento graso por excelencia que compone la aceituna es el ácido oleico, un nutriente que juega un papel fundamental a la hora de hacer frente a la hipercolesterolemia y a otras enfermedades cardiovasculares. Este elemento, contribuye a la reducción de las lipoproteínas de baja densidad (LDL), conocidas como colesterol “malo”, evita su posterior acumulación y endurecimiento de las paredes arteriales y favorece la aparición de las de alta densidad (HDL) o colesterol “bueno”.
En la misma línea, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), en su trabajo "Scientific Opinion on the substantiation of health claims related to polyphenols in olive and protection of LDL particles from oxidative damage", sobre el papel de los polifenoles en la protección de la oxidación de las partículas LDL, ratifica que existe una relación de causa y efecto entre el consumo de este antioxidante, presente en aceitunas y otros alimentos de origen vegetal, y la protección de la oxidación del colesterol LDL, lo que mejora la salud de los pacientes de hipercolesterolemia.
Sin embargo, la EFSA alerta de que, para que el consumo de polifenoles aporte beneficios, la dosis es fundamental. Según explican, si se sigue una dieta variada y equilibrada se puede garantizar el consumo mínimo sin ninguna dificultad utilizando aceite de calidad como el virgen extra. En cambio, esto resulta más complejo en el caso de las aceitunas como tal, puesto que proporcionalmente la cantidad de antioxidantes es menor y su consumo está limitado por su alto en contenido en sodio.
Otro nutriente muy presente en las aceitunas son las vitaminas, en concreto, la Vitamina A y E, que además de servir para el cuidado de la piel, junto con el ácido oleico, anteriormente mencionado, “evitan la oxidación de las lipoproteínas y de otras sustancias vinculadas con el desarrollo de ciertos tipos de cáncer”, según indican desde la FEN.
Entre otras propiedades nutricionales de este versátil alimento, destaca su contenido en fibra, en minerales como el calcio y el hierro e, incluso, en sodio gracias al proceso de salazón al que se someten las aceitunas para quitarles el amargor y que puedan ser comestibles.
Si nos centramos en los tipos de aceitunas, la Fundación Española de la Nutrición también remarca que las negras aportan una mayor cantidad de nutrientes que las verdes debido a que, al pasar más tiempo en el árbol, han completado su proceso de maduración cuando se recolecta para su consumo.
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