ALERGIA - 14 de marzo de 2021
La anafilaxia es una reacción alérgica grave cuyos síntomas y signos aparecen de forma rápida, en cuestión de minutos, por lo que requiere saber identificar esas señales, conocer claramente el protocolo de actuación y proceder de forma rápida para garantizar la supervivencia. “La educación del paciente y de sus familiares o cuidadores (en caso de que se trate de un niño) es fundamental”, señala el Dr. Francisco Álvarez, pediatra del Hospital de Cabueñes (Gijón).
Respecto a las personas que han experimentado anteriormente algún episodio anafiláctico, el doctor Álvarez considera que se debe “reforzar este aprendizaje de forma periódica”. Igualmente, destaca que también es importante “instruirlas en el manejo de los autoinyectores de adrenalina”, dispositivos que permiten al paciente suministrarse el fármaco en la dosis y condiciones de seguridad adecuadas para una mejor y más rápida actuación en caso de necesidad.
Cuando aparece una reacción anafiláctica, el primer paso es que el paciente lo informe a su entorno, explica la Dra. Victoria Cardona, jefa del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona. Después, añade, “hay que sentarse o tumbarse (nunca levantarse) y, si se posee un autoinyector de adrenalina, proceder a su administración según las indicaciones del médico”.
Además, tal y como indica la Dra. Montserrat Fernández Rivas, jefa del Servicio de Alergología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, “si no se detecta mejoría o si se observa un empeoramiento desde la administración de la primera dosis de adrenalina, se puede repetir la dosis a los 5-10 minutos”.
Independientemente de un correcto tratamiento y de una eventual resolución de un cuadro anafiláctico, todo paciente debe ser valorado en un centro sanitario tras haber presentado una anafilaxia. “La resolución de la sintomatología no exime de la valoración por parte de un profesional sanitario”, advierte el doctor Álvarez. Además, deberá permanecer en observación un mínimo de 4-8 horas, pudiendo ser un periodo más prolongado “en el caso de reacciones bifásicas o graves, asma o riesgo de reexposición al alérgeno”.
La mayoría de los pacientes con reacciones anafilácticas se recuperan completamente tras el tratamiento. Sin embargo, existe un pequeño porcentaje en el que la evolución es rápida y grave, pudiendo comprometer la vida. Es por esto por lo que se considera necesaria una actuación rápida y enérgica para tratarla. Para ello, “el mejor medicamento es la adrenalina por vía intramuscular, ya que actúa de forma casi inmediata”, afirma la doctora Cardona. “Aunque la mortalidad por anafilaxia es baja, debemos trabajar para que sea cero”, recalca.
La rápida administración de la adrenalina, el cálculo exacto de la dosis, la seguridad y facilidad de uso son algunas de las ventajas de los autoinyectores frente a este tipo de emergencias.
Unos dispositivos que juegan un papel fundamental en la vida de los pacientes alérgicos, ya que, especialmente en anafilaxias con compromiso respiratorio y/o cardiovascular, “la administración de adrenalina con autoinyector puede controlar la reacción y permitir al paciente llegar a un centro sanitario”, apunta la doctora Fernández Rivas.
Su prescripción es clave en todas aquellas personas “que hayan presentado anafilaxias previas o pacientes con alergia a alimentos y asma moderado o severo asociado”, comenta la especialista. También puede considerarse en casos de pacientes con reacciones alérgicas sistémicas previas leves o moderadas, especialmente “si viven lejos de un centro sanitario o en viajes prolongados fuera del país”.
Esto hace que pueda ser recomendable portar dos autoinyectores para la tranquilidad del propio paciente, “debido a la posibilidad de que pueda fallar o sea utilizado inadecuadamente en un primer intento, o que no haya llegado la cantidad suficiente de adrenalina al tejido muscular tras la primera dosis”, manifiesta la Dra. Fernández Rivas.
No obstante, la alergóloga declara que se trata de “una decisión individualizada” que conviene analizar conjuntamente entre el paciente, su familia y el propio especialista.
La incidencia de la anafilaxia en España oscila entre los 50 y los 112 episodios por cada 100.000 personas al año. “Los datos indican que la anafilaxia es más frecuente en edad pediátrica y adultos jóvenes, pero puede ocurrir a cualquier edad”, recuerda la doctora Cardona.
Esta reacción alérgica afecta en el 80% de casos a la piel. Otras manifestaciones típicas son las que afectan al aparato respiratorio o al sistema circulatorio. “No es preciso que aparezcan todas estas manifestaciones, pero sí debe haber implicación de más de un órgano”, asegura la alergóloga.
Aunque varían con la edad, las causas más frecuentes de anafilaxia son los medicamentos (31-62%); los alimentos (23-34%); y, en menor medida, las picaduras de insectos (8-14%).
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