CELIAQUÍA - 28 de abril de 2019
Cada vez es más sencillo y precoz detectar si una persona es intolerante o alérgica al gluten, incluso antes de que aparezcan los primeros síntomas digestivos. Como esta patología afecta al esmalte de los dientes y a la salud bucodental, el dentista puede ser el primero en detectar la enfermedad, antes incluso que el médico de familia o el especialista digestivo. Y es que el esmalte de los dientes se ve afectado en los pacientes celiacos, ya que estos se decoloran y en algunos casos pueden aparecer puntos marrones, amarillentos o blanquecinos, que suelen ser simétricos y presentarse normalmente en los incisivos y los molares. Otra característica del esmalte en los pacientes celiacos es que este puede parecer más translúcido que en una persona no afectada por la enfermedad, lo que se denomina hipoplasia dental. Además, en el caso de los niños con alergia al gluten, esta puede afectar al crecimiento de los dientes haciendo que se desarrollen de forma asimétrica y con manchas.
Otro problema habitual de los celiacos es que tienen más predisposición a padecer aftas bucales recurrentes, y también pueden sufrir lo que se denomina el “síndrome de la boca seca”, que se caracteriza por alterar las glándulas salivares que producen menos saliva, lo que provoca problemas al masticar, tragar, fisuras en las comisuras de los labios por la sequedad de la boca y puede también provocar halitosis.
La deficiencia de saliva también se relaciona con la proliferación de caries y enfermedades de las encías, ya que la saliva regula la acumulación de bacterias en la boca, por lo que distintos estudios han revelado que los celiacos acuden más al dentista para tratar estos problemas. La terapia en este caso consiste en encontrar sustitutos salivares en forma de pastillas, chicles, pastas o colutorios siempre libres de gluten.
En el caso de las aftas, pueden ser tratadas y prevenidas de forma sintomatológica mediante enjuagues de clorhexidina para desinfectar la boca y, en el caso de los defectos del esmalte, es más un problema estético que de salud. Si el dentista sospecha que el paciente puede ser celiaco, puede recomendarle pastas de dientes sin gluten y geles para corregir los defectos estéticos que produce la descalcificación y los síntomas asociados a la enfermedad.
Así, los dentistas juegan un papel importante en la identificación de personas que puedan tener la enfermedad celíaca no reconocida. Un diagnóstico a tiempo puede ayudar a prevenir las complicaciones graves de este trastorno ya que, si no se detecta precozmente, la celiaquía puede generar anemia y debilidad en los huesos. La labor del dentista es muy importante, sobre todo, si tenemos en cuenta que un 75% de pacientes celiacos están aún sin diagnosticar. Las revisiones dentales tempranas en los más pequeños son de gran utilidad para descartar que tu hijo pueda ser celíaco.
Así que ya sabes, es importante que cuides a diario tu salud bucodental para evitar cualquier molestia en los dientes, y no dudes en consultar con tu dentista cualquier cambio o molestias en la boca. Una boca sana es el primer paso de un organismo sano.
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