CELIAQUÍA - 3 de noviembre de 2024
Común a otras enfermedades, en la celiaquía el foco de las intervenciones médicas e investigación ha estado dirigido hacia las implicaciones físicas. Sin embargo, cada vez hay más evidencia del impacto que estas enfermedades tienen a nivel emocional y, lo que es aun más importante, de cómo un buen afrontamiento del diagnóstico (a nivel psicológico) impacta directamente en una mayor adherencia de los tratamientos tanto farmacológicos como de hábitos.
Es de esperar que si la persona con un diagnóstico asume y se responsabiliza de la enfermedad, acogerá mucho mejor el tratamiento necesario.
Si tenemos en cuenta que nuestra dieta mediterránea contiene de unos 10 a 15 gramos de gluten diarios y forma parte del 80% de los alimentos procesados, una dieta libre de gluten puede ser todo un reto. Os contamos qué estrategias son clave a la hora de afrontar y adaptarnos a la celiaquía.
Tómate tu tiempo para tomar responsabilidad sobre la enfermedad
Ten presente tus motivos por los cuales limitarás el gluten.
Evita prohibirte
No te centres solo en quitar, también en añadir
Es una renuncia compleja, respeta y permite tus emociones
Tener un diagnóstico de celiaquía no significa, en absoluto, que estés dispuesto (ni preparado) para hacer ningún tipo de cambio en tu alimentación. Aunque parece una obviedad que por salud tengas que hacerlo, es importantísimo darte tiempo para asimilar la enfermedad a tu ritmo y que cuando decidas hacer cambios alimentarios estés convencido de que es una decisión propia que tomas por responsabilidad con tu salud.
“No tengo que comer gluten” vs. “decido no comer gluten porque mi cuerpo no lo tolera y quiero cuidarlo”.
A veces, la severidad de los síntomas de la enfermedad celiaca no deja más opción y simplemente no hay posibilidad de probar ningún alimento que contenga gluten sin caer muy enfermos. Sin embargo, en otros casos el daño al sistema digestivo es más silencioso. En estos casos, es importante tener presente una lista de motivos por los cuales es bueno para ti y tiene sentido evitar el consumo de gluten.
¿Sabes cuál es la mejor fórmula para desarrollar ansiedad por tomar ciertos alimentos? Efectivamente, prohibirlos. En el ser humano, la prohibición por imposición genera aun más deseo.
Trata de sustituir la prohibición por una decisión consciente y una búsqueda de una alternativa Por ejemplo. Si en un cumpleaños ponen galletas:
“Quiero galletas pero no puedo comérmelas” vs. “quiero galletas, sí que podría comérmelas pero me van a sentar mal. En cuanto llegue a casa, me preparo un vaso de leche con mis galletas”.
A menudo nos centramos en eliminar el gluten de la dieta. Sin embargo, igual de importante es poner foco en buscar alimentos sustitutos de calidad, marcas que te gusten, recetas alternativas y restaurantes con opciones en menú. Hacer de tu alimentación aunque sea diferente, algo rico. Por fortuna en nuestro país contamos con numerosas alternativas.
No hagas de menos el diagnóstico, en términos psicológicos, existe un duelo. En el caso de la celiaquía mantener una alimentación libre de gluten es todo un desafío y tiene implicaciones emocionales y sociales. Es natural sentir frustración e impotencia, rabia, envidia, tristeza, desesperanza. Date espacio para procesar la enfermedad a tu ritmo.
Un diagnóstico de celiaquía no afecta únicamente a la persona que lo tiene sino también a su entorno. Es muy recomendable que las personas que te rodeen faciliten la gestión de las comidas y disminuyan, por ejemplo, el riesgo de contaminación cruzada o la disponibilidad de ciertos alimentos como intercambiar harinas de trigo por harinas de arroz, garbanzo o maíz.
Si te sientes culpable por “generar” en tu familia un cambio en la dinámica de comidas es natural, trata de recordarte que tú eres el principal sufridor de estas consecuencias y que en ningún caso tienes capacidad de control sobre la enfermedad. En la familia, como equipo, lo natural es que de alguna manera todos os veáis involucrados en el cuidado de los unos a los otros.
Redactado por:
Ana Gutiérrez Frutos
N.º. Col. M-33182. Psicóloga General Sanitaria